Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for the ‘Libros’ Category

gala240407

El amor puede engañar. El sexo, nunca».

La frase campea por varias estaciones de metro de Madrí. Pretende hacer publicidad de la última novela de Antonio Gala, de cuyo nombre no me da la gana de acordarme. El caso es que no sé si la habrá escrito el propio escribidor. O igual la ha editado algún hacha de la editorial. O incluso puede que sea copyrighteable a un ilustre copy de una agencia. Tampoco tengo muy claro si la entiendo o si hay algo que entender. Lo que no me extraña es que haya tanta gente que admire a Antonio Gala. ¿Por qué? Porque hay mucha gente.

Read Full Post »

earth

En los remotos e inexplorados confines del arcaico extremo occidental de la espiral de la Galaxia, brilla un pequeño y despreciable sol amarillento.

En su órbita, a una distancia aproximada de ciento cincuenta millones de kilómetros, gira un pequeño planeta totalmente insignificante de color azul verdoso cuyos pobladores, descendientes de los simios, son tan asombrosamente primitivos que aún creen que los relojes de lectura directa son de muy buen gusto.

El planeta tiene, o mejor dicho, tenía el problema siguiente: la mayoría de sus habitantes era infeliz durante casi todo el tiempo. Muchas soluciones se sugirieron para tal problema, pero la mayor parte de ellas se referían principalmente a los movimientos de pequeños trozos de papel verde; cosa extraña, ya que los pequeños trozos de papel verde no eran precisamente quienes se sentían infelices».

Así empieza Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams. Descacharrante. Tanto, que su lectura impidió mi asistencia a la cabalgata de reyes de Logroño.

Read Full Post »

m332watusi-posters

Desayuno con una mala noticia. Ha muerto Francisco Casavella. Ha muerto más que un Premio Nadal, como dicen los obituarios de turno. Ha muerto uno de los pocos de por aquí que escribía algo que me interesaba. No puedo tirarme el rollo: yo no conocía a Casavella. Pero, durante un tiempo, estuve cerca de él. Fue hace muchos años en una galaxia muy lejana. Fue en La Luna de El Mundo que llevaba Bellver. Francisco Casavella tenía una columna al final de la revistilla y yo me dedicaba a mis reportajes sobre música y alrededores. Y la verdad es que me hacía ilusión pensar que compartíamos papel y que igual un viernes cualquiera el tío se había leído alguno de mis textos lo mismo que yo me tragaba sin masticar todas sus columnas. Sigo sin poder tirarme el rollo: no me he leído todos sus libros. Pero recuerdo que me leí de una sentada Los juegos feroces, la primera parte de la trilogía El día del Watusi y, de hecho, fue el primer libro que regalé a mi hermana Paloma. Ella es la que lee de verdad en la familia y yo tardé ventimuchos años en encontrar un tío distinto y bueno que le pudiese descubrir. Fue Casavella. Luego, seguí leyéndole en tabloide y en tapa dura, aunque confieso que últimamente me aburría más lo que escribía en El País. Me parecía más divertido cuando se dedicaba a hacer de cronista de las culturas juveniles que cuando se metió en el rollo cultureta de los suplementos literarios. En cualquier caso, le voy a echar de menos.

Ah, para el que le interese, sus columnas para la Luna se pueden encontrar pinchando por aquí (mis textos creo que no, porque yo pise la luna casi cuando Al Gore estaba inventando Internet).

B.S.O. Joe Bataan, Rap-O, Clap-O.

Read Full Post »

The Sex Pistols 1978

El punk es la cosa culturaljuvenil con más debate semántico. No hay quien se ponga de acuerdo en la definición y, al tiempo y por eso, define un montón de cosas las mar de variadas y, a veces, contradictorias. En música, punk era lo de los grupos de garaje de los 60, el raca raca pop de los Ramones, las burradas de Exploited, las correcciones políticas de 7 Seconds, las cagarrutas de GG Allin y hasta lo que hacen Pignoise (vale, aquí estoy de broma). En lo que no es música, tan punk puede ser montar un centro social para alfabetizar jubilados analfabetos como mear en una iglesia. Un lío.

Así, contradictorio y, por eso, muy punk, es No Irish, No Blacks, No Dogs, de John Lydon. O, como dice la portada, «la autobiografía autorizada de Johnny Rotten, cantante de los Sex Pistols«. Por cierto, ni un pero a eso de «autobiografía» y «autorizada». No es sólo esto que digo de que punk es sinónimo de lío. Es que, tal y como está el muchacho, podría haber sido perfectamente desautorizada a pesar de haberla escrito él (con ayuda de unos tales Keith y Kent Zimmerman). El libro es del 94, la edición de las buenas gentes de Acuarela es de hace unos meses pero yo me lo acabo de leer porque soy así de punk. Y, a pesar de que como ya he dicho es más lioso que contradictorio y viceversa, hay un montón de cosas que me han quedado claras:

· Johnny hubiera sido un tío raro de cualquier modo, pero una meningitis a tiempo le hizo raro de cojones (¿será punk la meningitis?).

· Johnny quería mucho a su madre y respetaba a su padre. Lo mismo que ellos a él (toma paradoja punk).

· Johnny es del Arsenal detodalavidadediós (ergo Cesc Fabregas es punk).

· Glen Matlock, el bajista original antes de la llegada de Sid Vicious, le parece un soplapollas aunque una vez encontró un punto en común con él: a ambos les gustaban los Doors (¿Jim Morrison punk? Igual dimito).

Minutos musicales: Sex Pistols, Pretty Vacant (y entrevistas a punks, una parte del programa London Weekend Show del 76 sobre el punk; el resto se puede encontrar en este link de Youtube).

[Youtube= http://www.youtube.com/watch?v=JvHzO7dEyDU%5D

· Sid Vicious era su amigo. Sid entró por Glen porque él quiso (el nepotismo también es punk).

· Sid Vicious, de todos modos, era tonto de capirote (según Johnny, que yo no tuve el gusto).

· Sid era todavía más tonto cuando estaba junto a su novia, Nancy Spungen. Y siempre estaban juntos (la heroína, que une mucho).

· Nancy Spungen era una zorra, fea y asquerosa (esta opinión tampoco es mía. Ni siquiera de Johnny. Es unánime).

· Ah, Sid murió el 2 de febrero del 79, nada menos que el Día de la Marmota (¿por qué coño Bill Murray no se despierta con el My Way en Atrapado en el tiempo?).

Más minutos musicales: Sex Pistols, No Feelings (ensayo en el 77, ya con Sid, más una charla sobre el suicidio, mmm).

[Youtube=http://www.youtube.com/watch?v=60iSqIndC4c]

· Richard Hell no inventó el punk y los Ramones ni de coña. Los Clash eran unos capullos y los Damned unos payasos (y Johnny es un tío con facilidad para hacer amigos. Juas, juas).

· Lo de los lapos en los conciertos punk empezó porque Johnny escupía porque tenía sinusitis aunque ni a él ni a ninguno de los demás grupos les hizo nunca ni puta gracia (que una cosa es ser punk y otra es ser idiota).

· Brian Ferry y sus Roxy Music fueron (junto con Bowie) la etapa previa de muchos punkies antes del punk (a pesar de lo que cantaban los de Siniestro Total en Más vale ser punkie que maricón de playa).

· De hecho, los garitos de «maricones de playa» fueron germen y guarida de la escena punk (Zerolo, saca el imperdible).

· El mejor momento de la gira americana de los Pistols fue una visita de Johnny y Sid a un antro de travestis en Atlanta, «dobles de John Wayne con ropa de mujer», Sid ligó con un travesti negro y Johnny con  una vaquera. Les echaron porque Johnny meó en la boca de alguien (esto es, por lo menos, de un grado 9,5 en la escala Manolo Kabezabolo del punkerío).

noirish

Hay más anécdotas como éstas en el libro, un huevo de cosas interesantes/patéticas/graciosas/miserables pero siempre muy punk. Yo paso de seguir contándolas aquí y ahora por dos razones: porque así no lo destripo del todo y quien quiera lo puede poner en la carta a los Reyes Magos y porque me voy a dormir, que tengo sueño. Eso sí, no me resisto a acabar sin un entrecomillado de los míos. Bueno, de los de Johnny Rotten/Lydon, que me lío (pero como soy punk, me lo perdono). Aquí va. Recuerdo que está escrito en el 94 aunque pueda valer para hoy mismo:

Es muy triste que, en términos económicos, el lema «No hay futuro» sea más relevante ahora que cuando los Pistols los cantábamos en God Save the Queen. No es algo que me alegre en absoluto. La verdad es que hubiera preferido que la gente viera ahora Anarchy in the U.K. como una broma de una época superada».

Fin de los minutos musicales y de todo: Sex Pistols, No Fun (la última canción del último concierto, el 15 de enero del 78, en el Winterland de San Francisco, cuando Johnny dijo eso de «¿nunca os habéis sentido estafados?». El resto del concierto, y otros, se pueden encontrar en este link de Youtube).

[Youtube=http://www.youtube.com/watch?v=4svG-6vHDfk&feature=channel_page]

La foto de arriba del todo es de AP y es, también, del último concierto de los Pistols.

Read Full Post »

coelho

Hace poco (re)conocíamos aquí la chanante biografía de Alexis de Vilar, el tío que dice que Woody Allen le ha copiado para hacer Vicky Cristina Barcelona. Sus hechos son como para auparlo a patrón pirulero del buenrollismo. Pero, ojo, que al bueno de Alexis le ha salido un demonio de tamaño XL y procedencia sorpresa. Por lo que dice su biografía recién editada, Paulo Coelho es (vale, ha sido) más malo que Belcebú con almorranas. Paso a citar lo que saca El País sobre el asunto. Y aviso que lo que se puede leer a continuación puede abrirle a uno las puertas del infierno. Vamos, que a Paulo sólo le ha faltado confesar que no reciclaba papel ni vidrio para salir malparado en el libro de la Reina.

La vida de Coelho ha sido un blanco o negro, un yin y yan constante: nació casi muerto por problemas con el líquido amniótico y sus heces; de pequeño organizó sectas secretas; fue un desastre total como estudiante; atropelló casi mortalmente con un coche que llevaba sin carnet a un joven y se dio a la fuga; ese episodio acabó deteriorando aún más las relaciones con sus padres, que le encerraron en un manicomio que visitó tres veces en su juventud y donde fue tratado con electroshock. Antes, había intentado sucidarse con gas. Y para calmar al que llamaba «el ángel de la muerte», por no haber cumplido, degolló una cabra de un vecino en un particular rito.

devil

El descenso al infierno fue vertiginoso: apagó un cigarrillo en la pierna de una de sus múltiples, simultáneas y bellas novias para comprobar si le quería; a otra, bajo la tesis de «la cura por desesperación», le alentó su intento de suicidarse porque finalmente, dice, sabía que no lo acabaría cumpliendo… Época de teatrero sin fortuna, de hippy, de asiduo a todas las drogas posibles y de practicante homosexual para descartar inclinaciones. Y en su enésima desesperación vital se apuntó a la magia y se convirtió en fiel seguidor de los mandatos de Aleister Crowley y del satanismo, hasta el extremo de tener un joven esclavo».

Uf. Miedomedá.

Read Full Post »

Me importa un pito si Woody Allen le ha fusilado Vicky Cristina Barcelona a Alexis de Vilar, ese escritor y fotógrafo condal que jura que es un calco de su Goodbye Barcelona. No he tenido ganas de ver la peli así que no creo que me apetezca leer el libro. Pero me he quedado pillado con la biografía de este hombre que cuelga en su página web. El tío es un titán de la nueva era: cooperante concienciado, periodista de raza, fotógrafo sincero, escritor influyente, ecologista precoz, emprendedor incomprendido, luchador incansable… Si no existiera, habría que inventarlo. Y viceversa: si fuese inventado, debería existir.

Aquí van algunos retales copiapegados de su biografía:

Autor, fotógrafo y explorador, Alexis de Vilar ha pasado los últimos 30 años fotografiando culturas lejanas y luchando para salvar a esos pueblos mal llamados «primitivos» y los ecosistemas que conforman su hábitat natural del avance de la sociedad industrial.

1948. Alexis de Vilar nace en Barcelona.

1964. Abandona sus estudios para viajar. Visita una treintena de paises y se especializa en los problemas del Tercer Mundo, y particularmente en los de África y Asia.

1973. Es nombrado corresponsal en Los Angeles de la revista Fotogramas. Es el único periodista europeo invitado al Life Achievement Award que el American Film Institute concede a John Ford. Traba amistad con James Steward, Jack Lemon y Fred Astaire y entrevista a numerosas personalidades del Séptimo Arte.

1974. El autor se une a UNICEF en Sri Lanka, pero dimite al cabo de diez meses por divergencias de criterio entre el escritor y la organización.

1975. Tanto “Pronto será de Noche”, cuyo prefacio escribe el poeta Lawrence Ferlinghetti, director de la mítica editorial City Lights, y “Luz y Miseria”, son precursoras, con más de 20 años de antelación, del movimiento downshifting.

1979. En el mes de febrero el Tribal Life Fund, asociación que preside el autor, solicita respetuosa pero encarecidamente a S.M. el Rey Juan Carlos de Borbón, la creación urgente de un Ministerio del Medio Ambiente en España. En la carta propone al eminente zoólogo y naturalista Felix Rodriguez de la Fuente para el cargo.

1985-1992. El 16 de mayo el autor sufre un gravisimo intento de asesinato al ser acuchillado en la cabeza en pleno dia. Ello acontece tan solo unos días después de que al autor se negara a vender sus marcas “Ciudad del Cine” a la Paramount. […] A su llegada a España el autor descubre que hay una razón política detrás de todo ello ya que entretanto el propio gobierno socialista a través del Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid han copiado el proyecto de la Ciudad del Cine en la Casa de Campo de Madrid utilizando impunemente las marcas registradas por el autor. Alexis de Vilar, decepcionado por el gobierno socialista se autoexilia en Paris donde permanecerá cinco años.

1992. Calificado por un célebre editor parisino (Robert Laffont) como “el Cousteau de la Tierra”, Alexis de Vilar prosigue en solitario su lucha en defensa de los últimos pueblos tradicionales y los ecosistemas que los sustentan.

2001. A fines del mes de octubre se crea un “pasillo verde” que se extenderá por 9 paises afin de proteger la selva endémica sudamericana. El proyecto retoma las ideas del autor esbozadas en 1993 a Butros Butros Gali para que los pueblos primitivos se conviertan en eficaces “guardianes de los ecosistemas”.

La biografía completa se encuentra pinchando aquí mismo. Y también páginas para comprar su libro que presentó ayer al tiempo que proclamaba la denuncia, por si alguien quiere comparar.

Yo ya digo que paso. Pero no sé si montarle un club de fans en Facebook.

Read Full Post »

Pasar el último fin de semana de agosto en el campo y leyendo La venganza de la Tierra, de James Lovelock, es una muy mala idea. Le entran a uno ganas de pedir la baja (permanente) por depresión. Lovelock es el creador de la teoría de Gaia, ésa que viene a decir que la atomósfera y la parte superficial de la Tierra forman una especie de organismo que se autorregula para mantenerse con vida y que la intervención del hombre abusando de los recursos y desparramando emisiones de todo tipo provocará una reacción de Gaia (la Tierra) que acabará con la civilización para que el plaenta pueda seguir existiendo tranquilamente.

Lovelock no es pesimista, es lo siguiente. Dice que ya hemos pasado el punto de no retorno, que más nos vale esperar subidas del nivel del mar de más de diez metros y desplazamientos de población del carajo de la vela. Lovelock, además, es un ecologista a su bola. Apoya con todas sus fuerzas de casinonagenario (que son muchas) la energía nuclear como solución inmediata para la reducción de emisiones, pasa de la eólica y la solar y despotrica contra la moda de los alimentos orgánicos. Por ejemplo.

Yo no sé si Lovelock lleva razón, ni si sus teorías y propuestas son verdad de la buena. Yo soy de letras. Desgraciadamente, cada vez estamos más lejos de una verdad absoluta en todos los campos y la ciencia tiene teorías para todos los gustos. Y digo desgraciadamente porque parece que en este asunto haría falta una certeza que nos llevase a la acción inmediata. Siendo un patán como yo, en este libro hay cosas que tal y otras que más bien cual.

En cualquier caso, cito un par de parrafillos que sí que creo son certeros:

Tanto los combustibles fósiles como los biocombustibles son cuantitativamente no renovables cuando se consumen al ritmo excesivo que requiere nuestra civilización hipertrofiada y adicta a la energía. Como siempre, regresamos a la inevitable cuestión de que, para vivir como vivimos, somos demasiados».

Como en todas las crisis, regreso a mi amigo y mentor Crispin Tickell, y encuentro respuesta en forma de un discurso titulado «La Tierra, nuestro destino» […]: «La ideología de la sociedad industrial, basada en el crecimiento económico, niveles de vida cada vez más altos y la fe en que la tecnología lo arreglará todo, es insostenible a largo plazo. Para cambiar nuestras ideas tenemos que trabajar hacia el objetivo de una sociedad humana en la que la población, el uso de los recursos y el medioambiente muestren en términos generales un saneado balance. Sobre todo, tenemos que contemplar la vida con respeto y asombro. Necesitamos un sistema ético en el cual el mundo natural tenga valor no sólo en cuanto útil para el bienestar humano, sino por sí mismo. El universo es algo interno además de externo'».

Vamos, que lo llevamos clarinete.

Read Full Post »

Otra vez gracias a un préstamo de Paloma, leo La miel del léon, el mito de Sansón (Salamandra), un librito en el que el escritor israelí David Grossman hace una especie de disección de la historia del melenudo y brutote héroe judío. La verdad es que no es lo más apasionante que he leído últimamente, es como un comentario de texto con firma y buena documentación, pero hay párrafos que merece la pena citar. Y, como estoy en plan copista, allá voy:

Desde luego, también es cierto que a lo largo de los siglos los judíos se han enorgullecido de los relatos de su heroicidad y han anhelado la fuerza física, la valentía y la hombría que representaba Sansón. […] Aún así, la soberanía israelí tiene cierta condición dudosa que también queda plasmada en la relación de Sansón con su propia fuerza. Como en el caso de éste, a veces parece que el considerable poderío militar israelí es un bien activo que se convierte en pasivo: Casi se diría, sin tomar a la ligera los peligros que arrostra Israel, que la conciencia israelí no ha llegado a interiorizar la realidad de que es un país inmensamente poderoso, que no lo ha asimilado de una forma natural con el paso de numerosas generaciones; tal vez esto explique por qué la actitud hacia ese poder, cuya adquisición a menudo se ha considerado verdaderamente milagrosa, tiende a distorsionarse.

Esa distorsión puede llevar, por ejemplo, a atribuir un valor exagerado al poder obtenido, a convertir el poder en un fin en sí mismo, a utilizarlo de manera excesiva, y también una tendencia a recurrir de forma casi automática al uso de la fuerza en lugar de sopesar otros medios de acción. Todos ellos, a fin de cuentas, son comportamientos característicamente ‘sansonianos'».

Read Full Post »

En 1975, el escritor norteamericano Saul Bellow hizo un viaje a Jersualén junto a su cuarta esposa, Alexandra. A Bellow estaba a punto de caerle el Nobel y era ya, por eso, un ilustre visitante en la ciudad. Se reunió y habló con todo tipo de gente. Desde un viejo amigo de la marina mercante que vivía en un kibutz, John Auerbach, hasta con el alcalde, Teddy Kollek, pasando por profesores, científicos, pintores y políticos de postín como Simón Peres, el entonces Primer Ministro Isaac Rabin y hasta, a su vuelta a Estados Unidos, Henry Kissinger. Bellow, cuya familia judía emigró de Rusia a Canadá, hablaba con todos ellos de la cuestión israelí. El Estado se había creado menos de 20 años atrás de su visita y la guerra del 67 era aún una herida abierta. Hablaba, pues, de la cuestión israelí y, por eso, de las cuestiones árabes y palestinas. Lo escribió todo en un libro publicado en 1976 y llamado To Jerusalem and Back. A Personal Account. Uno de los libros, en edición española de Altaïr en 2004 y titulado Jersualén, que me he llevado de viaje por ahí.

El libro es cojonudo. Bellow absorbe opiniones de todo tipo, las asimila y conforma (y seguramente confirma) la suya, bastante coherente y equidistante de los vértices más extremistas. Es tan admirador como crítico. Tan defensor del Estado de Israel como del derecho de los palestinos a tener su propio territorio. En cualquier caso, lo que ve, lo que oye y lo que cuenta es muy parecido a lo que se puede ver, oír y contar hoy, 33 años después, tras una visita a Jerusalén. Y eso que a mí no me recibió el alcalde ni el Primer Ministro… El libro, pues, me ha ayudado a entender todo lo que estaba viviendo. Y eso es mucho decir de un libro.

Ahora paso al modo cita:

Los israelíes, de hecho, han de tener en cuenta cuatro mil años del judaísmo. El mundo se les ha echado en brazos; de ellos se exige que lleven a cabo un fantástico acto de equilibristas. Por decirlo de otro modo: no hay otro pueblo que haya de trabajar tantísimo y a tantos niveles distintos. En menos de 30 años, los israelíes han forjado un país moderno: hay manillas y bisagras en las puertas, instalaciones de fontanería, suministro eléctrico, música de cámara, aviones, tazas de té. Es a la vez un estado encastillado y una sociedad culta; es a la vez espartano y ateniense. Trata de hacerlo todo, de comprenderlo todo, de aprovisionarse de todo. Todos sus recursos, todas sus facultades están aprovechados al máximo. Los esfuerzos de defensa tienen un paralelismo en los pensamientos que se dedican constantemente a la situación mundial. Se trata de un pueblo activa e individualmente implicado en la historia universal. No entiendo cómo lo soportan».

Ahora bien, (Jean Paul) Sartre y otros, aparentemente, desean que los judíos sean excepcionalmente excepcionales. Tal vez los propios judíos hayan generado esas expectativas. Israel ha realizado esfuerzos extraordinarios para ser un país democrático, equitativo, razonable, capaz de transformarse. De hecho, ha transformado a sus judíos. En la Europa de Hitler eran conducidos a la aniquilación; en 1948, los supervivientes se convirtieron en formidables soldados. Desposeídos de sus tierras, en el exilio se convirtieron en agricultores. Los mamelucos habían decretado que la llanura costera de Palestina fuese un desierto; ellos la convirtieron en un huerto fértil. Es obvio que los judíos aceptaron la responsabilidad histórica de ser excepcionales. Se les ha obligado a seguir siéndolo. Ahora, la cuestión estriba en saber si puede exigírseles más que a otros pueblos. A los demás no se les hacen tales exigencias. A veces me pregunto por qué es imposible que los intelectuales de Occidente digan a los árabes: «También debemos exigiros más a vosotros. También vosotros habéis de intentar hacer algo por la hermandad, por la paz con los judíos, pues han padecido monstruosos sufrimientos tanto en la Europa cristiana como bajo el Islam. Israel ocupa más o menos una sexta parte del 1 por ciento del territorio que vosotros llamáis árabe. ¿No es acaso posible adaptar las tradiciones islámicas, reinterpretarlas, desplazar el acento, de modo que sea posible aceptar esa minúscula ocupación? Una gran civilización debiera ser capaz de tener una flexibilidad humana, generosa. La destrucción de Israel no será provechosa para vosotros. Dejemos vivir a los judíos en su diminuto estado». Sin embargo, debe de ser culturalmente una grave falta de respeto pedir a un pueblo que cambie de actitud, aunque sea ligerísimamente».

Janowitz me pegunta cómo valoro la situación de Israel, qué recomendaría yo. Le respondo que dudo mucho que mi juicio tenga ningín valor […] Sin embargo, puedo contarle y le cuento lo que he sabido gracias a observadores expertos e inteligentes. Muchos de ellos, digo, creen que Israel debería haberse retirado de la Ribera Occidental (Cisjordania) hace ya mucho tiempo, claro está en términos ventajosos. Ninguna persona responsable habla de una retirada que dejase a Israel expuesto a determinados riesgos militares. Sin embargo, el gobierno está desesperadamente decidido a mantener la ocupación. […] Con la fortaleza que les presta el dinero del petróleo y el apoyo del mundo entero, los estados árabes no creen que exista ninguna necesidad de negociar con Israel. Planean su eventual destrucción y contemplan sus disensiones y desórdenes internos con evidente satisfacción. Por otra parte está el problema de los zelotes ultra-ortodoxos que insisten en que asentarse en la Ribera Occidental es un derecho que poseen por don divino. Los árabes enojados interpretan la reticencia del gobierno de Rabin a la hora de frenar a estos colonos como muestra de aprobación o incluso como política que alienta de manera encubierta. Los nacionalistas religiosos israelíes no forman por sí mismos un grupo político, pero sí cuentan con el apoyo parlamentario de los derechistas. He hablado con algunos estudiantes de Oriente Medio que entienden que nada es tan peligroso para Israel, en estos momentos, como ese nacionalismo de carácter religioso. Lo consideran antisionista, ya que los líderes del movimientoo sionista nunca mostraron ambiciones territoriales de corte religioso. […] Por otra parte, muchos israelíes temen la idea de que Israel pase a ser un satélite estadounidense y, al simpatizar con movimientos como Gush Emunim, tal vez tratan de reafirmar su independencia política. […] Los israelíes son presa de grandes inquietudes cuando piensan en la posibilidad de que el destino de su país se decida en otra parte y sin su concurso: en Washington, por ejemplo. ¿Se les puede culpar por eso? Norteamérica, Dios nos asista, no es un país cómodo cuando es preciso confiar en él».

En lo tocante a Israel, el mundo está hinchado de conciencia moral. Los juicios morales, un espectro en toda Europa, pasan a ser un gigante en toda regla cuando se habla de Israel y de los palestinos. ¿Se debe todo ello a que Israel ha asumido las responsabilidades de una democracia liberal? ¿Se debe a otra razones? Lo que Suiza es a las vacaciones de invierno y la costa de Dalmacia a los turistas veraniegos, es lo que son Israel y los palestinos para la necesidad de justicia que sienten los europeos: una especie de zona turística de la moral».

(Gracias a mi madre que me estará leyendo y que me regaló el libro en cuestión).

Read Full Post »

Como un Cámera Café con menos chiste y más duro (por realista). Entonces llegamos al final es la primera novela de un tal Joshua Ferris. Una agencia de publicidad en Chicago en el tiempo en que el boom de Internet hizo crash. Un catálogo de miserias comunes a todos los curritos. Un retrato redondo pero puntiagudo del comportamiento del grupo, que se mueve como esas bolsas de plástico mecidas por las débiles olas de la orilla: sin voluntad, sin orgullo, sin ir a ningún lado. Mola cómo lo narra en una primera persona del plural que nos incluye a todos. Mola cómo aprovecha para colar pequeñas historias de cada personaje que te alivian de la gran historia grupal. Mola que, aunque ocurre igual en todas partes, pase en una agencia porque así lees el patetismo añadido de los que tienen que ser creativos cuando saben que no son muy capaces. En el fondo, o no tanto, éste es otro de los que se caga en la rueda. Cito:

Detestábamos no saber algo. Detestábamos no saber quién sería en próximo en ser despedido. ¿Cómo pagaríamos las facturas? ¿Y dónde encontraríamos un nuevo trabajo? Conocíamos el poder de las compañías de tarjetas de crédito, las agencias de recaudación y las consecuencias de la bancarrota. Estas instituciones carecían de atractivo. Introducían tu nombre en un sistema y, a partir de entonces, ciertas partes del sueño americano quedaban excluidas para ti. Una piscina en la parte trasera del jardín. Un largo fin de semana en Las Vegas. El BMW de la gama más baja. Tal vez éstos no eran unos ideales jeffersonianos, en conformidad con la vida y la libertad, pero en aquella época avanzada, con el Oeste conquistado y la guerra fría finalizada, parecían figurar entre nuestros derechos inalienables. Esto sucedía antes de la caída del dólar, antes del tormentoso debate sobre la externalización de servicios y el espectro de una masa de jóvenes chinos e indios que superaban nuestras ventajas en banda ancha».

Read Full Post »

« Newer Posts - Older Posts »