Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for the ‘Cambio’ Category

fin-del-petroleo1

Ésta es buena: resulta que el capo del gigante del petróleo y el gas ExxonMobil, Rex Tillerson, ha dicho que la única manera de parar el cambio climático es imponer un impuesto sobre el carbono. No me lo invento. Lo he leído en The Independent. «También -dice Mr. Tillerson- es la manera más eficiente de reflejar su coste en todas las decisiones económicas. Como empresario, no estoy a favor de ningún tipo de impuesto, pero me temo que es la aproximación al problema más directa, transparente y efectiva». Voy a dejar tiempo para que se calmen las risas y sigo…

Ya, ¿no? Bien, esto es algo así como si el diablo propone un impuesto sobre cualquier acto malvado o como si el presidente del Real Madrid aboga por cobrar tasas municipales a los seguidores de su equipo (vale, esta comparación es gratuita, pero es que hoy voy de barato). De hecho, la compañía del señor Tillerson produce el 3% del petróleo mundial y ha estado negando que exista ningún cambio climático hasta hace poquito. Pero a Tillerson eso le parecen detalles sin importancia. Él está dispuesto a que tomemos en serio su propuesta y a que no pensemos que lo dice porque no quiere que se limiten de verdad las emisiones o que se desarrollen otras energías más limpias. Él cree que así va a quedar más verde que el padre Mundina. Yo, lo siento, pero tengo que dejar de escribir aquí porque no puedo parar de reírme. Este Tillerson es todo un descubrimiento.

Read Full Post »

SWITZERLAND/

Rajendra Pachauri, economista y premio Nobel indio, es uno de los defensores del oxímoron AlGorero: el desarrollo sotenible. Y hoy publica El País una entrevista la mar de interesante con él en la que la primera pregunta es, justo, «¿qué significa para usted desarrollo sostenible?». La verdad es que el hombre no acierta a definirlo y se va por los cerros de Puna pero dice cosas que merecen ser reproducidas.

No se puede mantener un sistema que sólo piensa en los ricos. Finalmente, es necesario volver a las esencias de India, donde todo se reutilizaba, y crear una nueva filosofía que ponga fin al derroche, tanto de los recursos naturales como de la energía».

El reto es usar la tecnología y los precios, al tiempo que modificamos el estilo de vida. Ya hemos abusado demasiado de la naturaleza».

No a las duchas de media hora; no a los desorbitados aires acondicionados y calefacción; no a desaprovechar la luz solar; no al uso continuo del coche. Éstas son acciones individuales o en familia. A nivel industrial, también existe un gran derroche que hay que cortar. No es cuestión de renunciar a la buena vida sino de valorar y respetar la naturaleza y de compartir con otros seres humanos los recursos más básicos».

No es tarde para evitar la hecatombe. Soy optimista, pero tenemos muy poco tiempo para actuar».

Si no hacemos nada para frenar el cambio climático, los más pobres, que serán los más damnificados, no perdonarán a los países ricos. Habrá convulsiones y guerras porque se agravará la lucha por los recursos naturales, incluidos los del Ártico».

Los escépticos del cambio climático deberían mudarse a otro planeta».

No sé. A mí me da la sensación de que tipos como éste dicen las verdades a medias, precisamente para que no resulten muy incómodas. Y el tío es posible que defienda de boquilla lo del desarrollo sostenible pero lo que yo leo entre líneas en sus palabras es que hay que parar ya. Claro que, seguramente, si dijera eso no le invitaban a dar conferencias ni le hacían entrevistas en El País. Pero una cosa es lo que Pachauri diga y otra lo que el mundo necesite oír, ¿verdad tío Neil?

B.S.O. Neil Young, The Restless Consumer.

Read Full Post »

earth

En los remotos e inexplorados confines del arcaico extremo occidental de la espiral de la Galaxia, brilla un pequeño y despreciable sol amarillento.

En su órbita, a una distancia aproximada de ciento cincuenta millones de kilómetros, gira un pequeño planeta totalmente insignificante de color azul verdoso cuyos pobladores, descendientes de los simios, son tan asombrosamente primitivos que aún creen que los relojes de lectura directa son de muy buen gusto.

El planeta tiene, o mejor dicho, tenía el problema siguiente: la mayoría de sus habitantes era infeliz durante casi todo el tiempo. Muchas soluciones se sugirieron para tal problema, pero la mayor parte de ellas se referían principalmente a los movimientos de pequeños trozos de papel verde; cosa extraña, ya que los pequeños trozos de papel verde no eran precisamente quienes se sentían infelices».

Así empieza Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams. Descacharrante. Tanto, que su lectura impidió mi asistencia a la cabalgata de reyes de Logroño.

Read Full Post »

El siguiente texto es un editorial de The Economist titulado Un mar de problemas y trata, claro, de cómo están nuestros océanos. Está completo y traducido, espero que no muy mal. Puedes pasar de leerlo y pensar eso de «ya está otra vez el pesado éste con las malas noticias». O puedes ocupar un rato de su tiempo para ver qué opina sobre el asunto un medio de comunicación tan liberal, conservador y poco sospechoso de ecologista radical como el Economist.

vernet

No se conoce mucho acerca del mar; la superficie de Marte está incluso mejor explorada, se suele decir. Pero ya se han hecho 2.000 agujeros en el lecho marino, se han tomado 100.000 fotografías, los satélites tienen monitorizados los cinco océanos y en todos hay boyas llenas de instrumentos subiendo y bajando como yoyós perpetuos. Mucho se sabe y muy poco es tranquilizador.

La preocupación empieza en la superficie, donde  una atmósfera cargada con dióxido de carbono producido por el hombre interactúa con la mar salada. El agua se ha hecho así más ácida, haciendo la vida difícil, si no imposible, para organismos marinos con conchas o esqueletos de carbonato-cálcico. No son bichos tan familiares como langostinos o langostas, sino especies como el krill, criaturas que son como gambas minúsculas y que juegan un papel crucial en la cadena alimenticia: acaba con ellas y acabarás con sus depredadores, cuyos depredadores pueden ser los que te gusta comer fritos, a la parrilla o con salsa verde. Y lo que es peor, desestabilizarás el ecosistema entero.

Eso es lo que también hace la acidificación a los arrecifes de coral, especialmente si ya están sufriendo sobrepesca, subidas de temperatura y polución. La mayoría padecen todo eso y por ello están seriamente dañados. Algunos científicos creen que los arrecifes de coral, hogar de un cuarto de todas las especies marinas, desaparecerán por completo en unas pocas décadas. Eso será como el fin de las selvas y bosques pero en el mar.

El dióxido de carbono afecta al mar de otras maneras, sobre todo por el cambio climático. Los océanos se expanden al calentarse. También suben por el efecto de los glaciares y capas de hielo que se derriten: el hielo de Groenlandie está en vías de derretirse por completo, lo que puede elevar el nivel del mar cerca de siete metros. Para el fin de este siglo, el nivel puede haber subido 80 cm, incluso más. Para los 630 millones de personas que viven a una distancia de 10 km de la costa, eso es cosa seria. Países como Bangladesh, con 150 millones de habitantes, estarán inundados. Incluso la gente que vive en el interior se verá afectada: las sequías del Oeste de los Estados Unidos parecen estar causadas por el cambio de las temperaturas de superficie de Pacífico tropical.

Y luego están las mareas rojas de algas, las plagas de medusas y las zonas muertas donde sólo sobreviven los organismos simples. Todo ello crece en intensidad, frecuencia y extensión. Todo ello, también, parece estar asociado con varios traumas que el hombre inflige a los ecosistemas marinos: sobrepesca, calentamiento global, los fertlizantes que van de la tierra a los ríos y estuarios y, a menudo, todo el lote en cadena.

Algunos de los cambios pueden no ser obra del hombre en su totalidad. Pero uno del que no cabe duda es la muerte de los peces: la mayoría de los grandes han sido atrapados por las redes de pesca. Y el resto lo será en poco tiempo si el pillaje continúa a los niveles actuales. De hecho, cerca de tres cuartas partes de todas las especies de animales marinos están por debajo, o a punto de estar por debajo, de sus niveles de sostenibilidad. Otro cambio es la aparición de una masa de desperdicios plásticos que se arremolinan en dos enormes coágulos en el Pacífico, cada uno tan grande como los Estados Unidos. Y el mar tiene otro montón de males, que se señalan aquí.

Neptuno lloraría

528657735_c17a9c0125

Cada una de esas transformaciones es una catástrofe. Juntas son algo mucho peor. Además, están sucediendo alarmantemente rápido, en décadas y no en los eones necesarios para que peces y las plantas se adapten. Y muchas son irreversibles. Harían falta miles de años de reacciones químicas en los océanos para volver a una condición similar a su estado preindustrial de hace 200 años, según la Royal Society, el grupo de científicos más prestigioso de Gran Bretaña. Muchos incluso temen que algunos cambios están alcanzando los umbrales en los que los siguientes cambios pueden acelerarse sin control. Nadie llega a entender, por ejemplo, por qué el bacalao no ha vuelto a los Grandes Bancos de Canadá incluso después de 16 años de paro en la pesca. Nadie sabe muy bien por qué los glaciares y las capas de hielo se derriten tan rápido o por qué el lago de hielo derretido que cubre 6 km² en Groenlandia se puede secar en 24 horas, como pasó en 2006. Esos sucesos inesperados ponen nerviosos a los científicos.

¿Y qué se puede hacer para poner las cosas en su sitio? El mar, la última parte del mundo en la que el hombre actúa como cazador-recolector -y como bañista, minero, basurero y polucionador en general- necesita ser administrado, del mismo modo que la tierra. La economía exige, tanto como la ecología, que se dejen de despilfarrar recursos de los océanos. La mala administración y la sobrepesca desperdician 50.000 millones de dólares al año, según el Banco Mundial.

La economía también da algunas respuestas. Para empezar, los subsidios de pesca deben ser abolidos en una industria que se caracteriza por su ineficacia y por estar sobredimensionada. Después, los gobiernos necesitan encontrar la manera de dar a los que viven de explotar los recursos del mar un interés por conservarlo. Una forma puede ser el sistema de cuotas de pesca individuales y transferibles que parecen haber funcionado en Islandia, Noruega, Nueva Zelanda y el oeste de Estados Unidos. Los mismos derechos que se han dado a los contaminadores por carbono en Europa se pueden dar a los de nitrógeno y a los mineros de las paltaformas continentales. Un sistema de comercio de opciones y futuros también puede ayudar.

Las cuotas funcionan en aguas nacionales. Pero en alta mar, fuera de los límites territoriales, presentan mayores problemas y muchos temen que los atunes, tiburones y demás grandes animales que nadan en el azul sean exterminados. Los acuerdos internacionales de pesca que regulan partes del Atlántico Norte demuestran que la administración puede funcionar, aunque la comisión del atún del Atlántico muestra que puede ser un desastre. Y donde la pesca no pueda ser regulada, debe ser parada. No hubo nada tan bueno para los peces en Europa en los últimos 150 años que la Segunda Guerra Mundial: dejar los barcos amarrados permite recuperar los bancos. Una solución preferible hoy en día sería crear reservas marinas, cuantas más y más grandes, mejor.

En un mundo cuya demanda de proteína crece día a día, la necesidad de conservar el stock es clara. Los remedios no son difíciles de comprender. Pero los políticos, en cualquier caso, son cobardes. Muy pocos están dispuestos a enfrentarse a los poderosos lobbies, salvo en pequeños países en los que la pesca es tan importante económicamente que el peligro de extinciones masivas no puede ser ignorado.

Ahora coge la ola agitada

big-wave-surfing-extreme-jaws

Pero la extinción masiva que debe tenernos preocupados es, aunque remota, la de la humanidad. No es inteligente descartarla cuando se trata de emisiones de CO2, la otra gran maldición para los océanos. A largo plazo, los mares son una gran lavadora para el carbono. Son capaces de ayudar a evitar el calentamiento global, ofreciendo, por ejemplo, almacenamiento de CO2 y energía a través de la fuerza de las olas y las mareas. En cualquier caso, continuarán cambiando y siendo cambiados mientras el hombre siga soltando tanto carbono a la atmósfera.

Hasta ahora, la subida del nivel del mar, los corales muertos y la extensión de las mareas rojas son sólo distracciones menores para la mayoría de la gente. Unos cuantos huracanes más como el Katrina, algunas inundaciones trágicas en las ciudades costeras del primer mundo, puede que el fin de la cinta transportadora oceánica que calienta Europa Occidental, cualquiera de estas cosas atraparía la atención de los políticos. El problema es que, para entonces, puede ser demasiado tarde.

Hoy es el último día del año. Muchos se hacen buenos propósitos de cambio para el año que viene. Apuntarse a un gimnasio, dejar de fumar, tratar mejor a su familia… No estaría mal también proponerse cambiar el entorno, dejar de perjudicarlo, tratarlo mejor. Cuidarlo. Reducir la huella de carbono, ahorrar energía, apagar las luces y esas cositas que ya sabemos todos. Pero hay más: rechazar las bolsas de plástico que ofrecen sin necesidad en todas partes, tratar de no consumir más animales salvajes en peligro de extinción (¿comerías rinoceronte? Entonces, ¿por qué comes atún?) y, sobre todo, exigir a los que deciden por nosotros que protejan los océanos, que no busquen votos a cambio de cuotas de pesca, que respeten los acuerdos de Kyoto o Poznan o, qué coño, que los mejoren, que se preocupen por cuidar lo más posible el lugar en que vivimos y del que vivimos. Es verdad, ninguno de nosotros puede arreglar este problema. Pero sí que cada uno de nosotros puede hacer lo posible por no estropearlo más. No es una postura ideológica. No es, ni siquiera, una postura. Es un asunto de ética. Del mismo modo que te preocupas y luchas por ti mismo y por los que te rodean, te debes preocupar y luchar por lo que te rodea, por tu planeta. O no. Tú mismo.

Hay un mar de problemas, sí. Pero también hay millones de soluciones. Las que podemos aportar cada uno de nosotros.

Feliz año nuevo.

Read Full Post »

800px-street_musician

Diez millones de canciones de los trece millones disponibles a la venta en Internet no encontraron nunca un mísero comprador. Sólo 173.000 álbumes del 1.230.000 a disposición de los clientes fueron adquiridos. El 80% de todos los beneficios llega de sólo 52.000 canciones. Son datos de este 2008 servidos el otro día por The Guardian y que he encontrado gracias a un comentario en Jenesaispop. El estudio ha sido realizado por dos curritos de la MCPS-PRS Alliance (algo así como la unión de la SGAE y la AIE pero en Gran Bretaña) y, según The Guardian, viene a demostrar dos cosas: la ley de un tal Sturgeon, «el 90% de todo es una mierda», y que la teoría de La Larga Cola -que dice que la suma de las pequeñas ventas de muchos productos puede superar las ventas de unos pocos grandes éxitos- falla más que una escopeta de feria.

Para mí, en cambio, estos datos demuestran otras cosas:

a) Que hay demasiadas canciones. Que se hace mucha música. Que sobra stock.

b) Que menos mal que nos hemos pasado al digital porque, si no, el mundo estaría lleno de la basura dejada por los discos y canciones huérfanas y sus correspondientes cintas de grabación.

c) Que es posible que los estudios patrocinados por la MCPS-PRS Alliance tengan un sesgo para justificar su reparto del dinero de los derechos de autor (no como aquí, que la SGAE lo hace muy bien… Fin del paréntesis sarcástico).

d) Que, en cualquier caso, los hábitos de consumo de música se han transformado de forma irreversible por mucho que las discográficas y muchos cantantes y compositores se empeñen en defender un modelo de negocio que ya era trasnochado cuando lo practicaba Sam Phillips allá por los 50.

e) Que se desconoce si los gobiernos del mundo están pensando en apoyar económicamente a los autores de esos diez millones de tonadas sin vender como están empezando a hacer con los fabricantes de los coches que no han salido del concesionario.

B.S.O. Tote King y David Bravo, Interludio.

La foto, muy buena, es de Tomás Castelaza y está publicada con licencia Copyleft en la Wikimedia.

Read Full Post »

bruce-willis-armageddon-c10102105

Aunque por aquí (casi) nadie pareció darse por enterado, hubo una cumbre sobre el clima en Poznan (Polonia) a mediados de mes. Da fe el Economist, que explica lo que se acordó y lo que no en un artículo bastante descriptivo pero demasiado aséptico. Eso sí, me merece la pena perder veinte minutos de sueño por el comienzo del texto. Éste:

Imagine que un enorme meteoro, tan grande como para destruir la mayor parte de formas de vida, se acercase a la Tierra y que sólo una profunda cooperación internacional ofreciese la única esperanza de acabar con la letal amenaza. Presumiblemente, las naciones del mundo se sentarían dejando atrás sus celos y distancias ideológicas, conscientes de que no actuar de forma conjunta significaría el fin para todos.

Al menos en teoría, la mayoría de los gobernantes del mundo ya aceptan que el cambio climático, si no se actúa, puede convertirse en el equivalente de un asteroide mortal. Pero a juzgar por los últimos y tortuosos movimientos en la diplomacia sobre el asunto -en la reunión mantenida en Polonia finalizada el 13 de diciembre-, hay pocas señales de concentración de esfuerzos».

No sé, en momentos así, con el meteorito llamando a la puerta, como en Armageddon, uno desearía que avisasen a Bruce Willis y se dejaran de hostias.

B.S.O. Max Romeo, Chase the Devil.

Read Full Post »

microphone

Encuentro en Canal 7, la tele local de José Frade, algo que me hace pensar. Sé que es una frase arriesgada para empezar un texto, pero la vida está llena de sorpresas. En semejante cadena (re)ponen un programa de la TV de Galicia que se llama Luar. Es una de esas galas de sábado noche en la que lo mismo puedes ver a Massiel haciendo un playback etílico que a Marta Sánchez haciendo uno dietético. Lo gracioso es que el playback no sólo lo practican Marta, Massiel y el resto de los artistas invitados. En la emisión de Canal 7, el señor mayor que presenta en gallego el programa está doblado por una voz joven que repite los titubeos, pero en castellano. La cosa es bastante delirante.

O puede que no. Gracias a Canal 7 me he dado cuenta de que la realidad está llena de gente haciendo playback. Por ejemplo, cuando ayer Raúl dijo al acabar el partido que se «iba contento» y que «el Barça está a 12 puntos, hay que trabajar», no era su voz. La versión original era algo así como «casi nos sale bien lo de poner el autobús, por cierto, me cago en Drenthe». Pasa lo mismo con los políticos y expertos economistas de todo el mundo. Cuando dicen eso de que «la crisis se acabará en 2009 ó, como mucho, en 2010», no están hablando ellos. Su voz auténtica suena más bien así: «No tenemos ni puta idea de qué va a pasar. No sabemos de dónde viene todo esto así que cómo coño vamos a saber por dónde se puede salir».

A partir de ahora, yo voy a hacer lo mismo. Cuando me pregunten «qué tal», voy a dejar de contestar eso de «he tenido reencarnaciones mejores». Ya sólo voy a responder en playback. «¿Qué tal, Pedro?». «De putísima madre». Gracias.

B.S.O. Suicidal Tendencies, Alone.

Read Full Post »

contaminacion

A nadie le importa una mierda la Cumbre del Clima de Poznan. Echando una visual ayer y hoy por las portadas de los diarios en la Red, sólo La Razón le dedicaba un espacio. Un link a la contracrónica de su enviado especial, Javier Brandoli, en la que explica con bastante gracia y mucho tino porqué a nadie le importa una mierda la Cumbre del Clima de Poznan. El caso es que parece que los países desarrollados se han comprometido a reducir sus emisiones entre un 25 y 40% para 2020. Y los que no están tan desarrollados, entre un 15 y un 30%. Pues muy bien. A mí esto me suena al típico que se propone dejar de fumar a partir del día 1 de enero. Bueno, en realidad me suena al típico que se propone dejar de fumar entre un 25 y un 40% a partir del día 1 de enero.

B.S.O. Kortatu, Don Vito y la revuelta en el frenopático.

Read Full Post »

cementerio5

La parca de las revistas de papel no está, ni mucho menos, en crisis y ahora tiene más curro que nunca. Y, como ella, el tío que actualiza esta web. No es nueva pero ahora está como más de moda. Se llama Magazine Death Pool y se dedica a dar noticia de las publicaciones que van muriendo y también de las que les queda un ay. Dice, por ejemplo, que ha pedido el cura Blender, con lo maja que era (perdón, es). Además, tiene un museo de revistas muertas. Sólo le falta prestar un poco de atención a lo que pasa fuera de Obamalandia y del mundo anglo. En cualquier caso, ojo, si usted trabaja en una revista, no entre a mirar. Puede dar mal fario. Recuerdo haber echado un ojo a la cosa hace casi tres años junto a mis compañeros de Maxim, esos Delta Force del periodismo y la cogorza, y recuerdo con más nitidez que poco después nos dieron el finiquito. Quedan ustedes avisados.

Gracias a mi hermano Carlos por el recordatorio.

B.S.O. R.I.P., Enamorado de la muerte.

Read Full Post »

senal2

Ana me escribe desde México. Está de viaje y se está encontrando con un montón de personas viviendo otras vidas, rebotadas de todo esto. «Me hace gracia tanta gente a la vez pasando de todo, de la crisis, de las grandes ciudades y del coñazo que nos hemos montado. Me he acordado de tus ganas y tus dudas». Yo me acuerdo de Sonia, que el otro día en el concierto de The Faint me dijo que era hora de irse a Melbourne. Y de Bea, que en el mismo lugar preparaba las maletas mentales para irse a Nueva York. Pienso en Santi, que se ha embarcado hacia Marruecos y que, como encuentre un bote en Essaouira que vaya a América, se mete aunque sea de polizón. Hablo hoy con Marta y las opciones son Berlín o Buenos Aires. Marga también piensa en Australia. O en Irlanda. Aranzazu ya lo ha dejado todo y no se ha ido porque ha encontrado un viaje mejor sin moverse de casa. El Chiri está en Málaga y Salva acaba de llegar de Perú. Y hay más. Y mejor no hablo de los que se separan. O de los que no lo hacen pero les gustaría. Casi todos sueñan con cambiar y pirarse a otro lado o existir de otra manera. Esto no va de vacaciones. Dicen que hay una crisis económica que nos vamos a tragar todos. No dicen que hay una crisis existencial que masticamos desde hace tiempo. Seguimos haciendo bola. Tenemos días buenos en los que nos emborrachamos, fumamos y bailamos. Tenemos días malos en los que la resaca no nos impide pensar que así no vamos a donde queremos. Podría escribir un libro sobre el tema. O quizás ya lo he escrito, aunque puede que el mundo nunca se entere. Pero ahora no me voy a dedicar mucho más al asunto. He quedado para emborracharme, fumar y bailar. Aunque hoy no sea un buen día.

B.S.O. 091, La vida qué mala es.

Read Full Post »

« Newer Posts - Older Posts »