Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for the ‘Cambio’ Category

506px-puk1894page380rector_poor

El 20% de los que habitan en España vive por debajo del umbral de la pobreza. El dato es de la Encuesta de Condiciones de Vida y ha caído a mis orejas un par de veces en la última semana. Casi me quedo sordo del susto. No sé si es que yo soy más impresionable que el resto pero no recuerdo haber visto telediarios ni periódicos abrir con esta noticia. Tampoco creo que los políticos hayan debatido sobre el tema en el Congreso ni que las patronales ni los sindicatos hayan dedicado dos minutos de su precioso tiempo a ello. Ah, el dato es de 2007. Seguramente, a estas alturas de 2009 el porcentaje haya aumentado. Quizá ya sea un 25% o casi un 30%. Casi nada.

Por suerte, exisitió Julio Camba para explicarme estas cosas. Decía Camba que «la vida es dura y áspera y, a fin de engrasarla un poco, unos hacen de pobres y otros de ricos». Venía a decir Camba en su texto Sobre los falsos pobres y los falsos ricos que los mendigos no son realmente pobres, sino que viven de serlo y que la miseria viene a ser una industria dentro de la cual hay algunos que son verdaderamente miserables porque «¿en qué ramo de la industria prospera todo el mundo?». Eso sí, también escribía Camba que los ricos son igualmente de pastel. Que son gentes que hacen de ricos porque es la mejor manera de ganarse la confianza de los capitalistas, de los bancos o de las mujeres de buen braguetazo. Y ahí es donde Camba, que era un cachondo y un abonado a la ironía, clava nuestra situación de hoy.

Porque mucho me temo que los pobres de hoy son bastante pobres y más que lo van a ser. Y que si piden no es como forma de vida sino para vivir. Pero sí que se está demostrando que los ricos, o muchos que lo parecían, eran de mentira cochina. De hecho, cada vez está más claro que la riqueza de la que tanto presumíamos tenía los cimientos de barro y la fachada de cartón pluma. Y lo del famoso Estado del Bienestar debía ser una fina ironía, como las de Camba. Porque si ya en 2007, en la cresta de la ola de la bonanza económica, había un 20% de pobres en España, ¿cómo coño podíamos jurar que estábamos bien?

La pregunta es retórica. O quizás no tanto. Este modelo económico ha vivido del cuento y la historia está acabando con un final que no es feliz. Ahora tendríamos que estar empezando otro cuento en el que no hubiese pobres (o hubiese los menos posibles) y los ricos de verdad aceptasen que la generosidad no es sólo una forma de satisfacción personal sino también una manera de crear una sociedad y una economía sostenibles. Este cuento nuevo que tendríamos que empezar a contarnos y a practicar debería estar basado en hechos reales, no en hipotecas de ciencia ficción, previsiones de crecimiento imposibles y premios a la codicia en forma de bonus.

Si lo hiciésemos, si cambiásemos de cuento para crear uno mejor, más decente, no estaríamos haciendo ninguna locura. Tan sólo estaríamos reafirmándonos en nuestra condición de humanos. Ya sabéis, esa especie que presume de inteligencia, de consciencia y de conciencia.

Ojo: esto, y otras cosas como ésta, se pueden leer en ¿Y por qué no…?

Suena buen duro Kill The Poor, de Dead Kennedys.

Read Full Post »

14

¿Por qué en ese (majo y oportuno) ciclo de conferencias/mesas redondas llamado Newwws! que empezó ayer en el IED, sigue hoy y acaba mañana, y que dice ser «una reflexión sobre prensa, Internet y la metamorfosis hacia sus versiones online» no hay ningún ponente que trabaje en el papel cuando una de las cuestiones que más ronda es si hay futuro para el papel? (Esta vez la pregunta es tipo test)

a) Porque la gente del papel es gente seria y no habla del futuro, eso es cosa de Paco Porras.

b) Porque estaban todos muy ocupados buscando publicidad/subiendo el precio/despidiendo gente/quejándose al Gobierno.

c) Porque no estaban invitados, total, no hay futuro…

d) Porque no.

Suena Eskorbuto, Cerebros Destruidos: «El pasado ha pasado y por el nada hay que hacer, el presente es una estafa y el futuro no se ve».

Read Full Post »

El vídeo lo dice todo. Yo sólo añado que estoy detrás de esto pero que la iniciativa es para todos. Y de todos. No se trata de hacer campaña contra nadie sino de reflexionar sobre un asunto importante. Es una oportunidad de dar a una palabra clave el significado que queremos. Y de creérnoslo y asumirlo. Es momento de participar, de colaborar, de aportar. Es hora de cambiar. Es mi opinión pero espero que sea la de muchos.

www.sostenibilidadaldiccionario.com

Read Full Post »

poster1-3i-want-you

Entrevista en El País Negocios de ayer de Borja Vilaseca a Santiago Niño Becerra, Catedrático de Estructura Económica de la Universitat Ramon Llull, al que ya se ha citado aquí antes. Dejo las dos últimas respuestas, pero merece la pena leerla entera.

Ha llegado el momento de responsabilizarnos de nuestra propia vida. Mi recomendación es que cada persona se dedique a trabajar en algo que le apasione, que realmente tenga sentido y que sea verdaderamente útil y necesario para la sociedad. Lo digo porque sólo quienes sean los mejores en su campo de especialización y aporten verdadero valor añadido a sus organizaciones tendrán garantizado un empleo a tiempo completo. Esta nueva filosofía tendrá su eje en el concepto de responsabilidad personal, que comienza con el autoconocimiento y el desarrollo personal y tiene consecuencias sobre la elección de nuestra profesión, nuestro estilo de vida y nuestro consumo.

¿Algún consejo más?

Quien tenga deudas, que las cancele cuanto antes o que las reduzca cuanto pueda, y que no se endeude más. Y antes de comprar cualquier cosa, que cada cuál se pregunte si verdaderamente lo necesita. La crisis de 2010 va a obligarnos a vivir de acuerdo con nuestras necesidades y no nuestros deseos. Dado que vamos a dejar de ir a más para empezar a ir a menos, lo necesario va a volver a ser lo único importante. Conceptos como «utilidad», «eficiencia» y «aprovechamiento» van a ser protagonistas, así como «colectivo», «coordinación», y «colaboración». No va a quedar más remedio que abandonar el individualismo y trabajar conjuntamente para lograr una mayor optimización en la gestión y el uso de los recursos. Como ha ocurrido siempre, este tipo de cambios se producen debido a una necesidad económica».

Suena Tudo Bem, del Trio Mocotó.

La imagen está sacada de aquí.

Read Full Post »

columpios2ch

Hoy en El País, la defensora del lector, Milagros Pérez Oliva, da la cara ante las cartas de aquéllos a los que ha fastidiado la desaparición del Pequeño País. Y, sin mucha necesidad, aprovecha para meterse en un jardín (de infancia, supongo).

Como saben, la prensa escrita se ha venido financiando hasta ahora a través de dos fuentes principales, la publicidad y la venta en el quiosco. En ausencia de crisis, la publicidad aporta en torno a la mitad de los ingresos. El resto procede de esos 1,20 euros que cada lector paga cada día por su ejemplar, es decir, menos de lo que cuesta un cruasán. Si este equilibrio entre ingresos directos e ingresos por publicidad se altera, no será sin consecuencias.

En el actual modelo, una caída de la publicidad puede afectar a la viabilidad económica de los medios. Luego la publicidad sigue siendo muy importante. Pero el principal capital de un periódico serán siempre sus lectores. Y no sólo en términos metafóricos. Primero, porque sin lectores no hay publicidad. Y segundo, porque el hecho de que haya lectores que pagan por la información es lo que permite al periódico ser independiente, no sólo frente a los poderes, sino también frente a los anunciantes.

La crisis económica ha provocado una caída de las inversiones en publicidad que está afectando a los contenidos, como ha ocurrido con el Pequeño País. Y eso ocurre al tiempo que la cultura de la gratuidad se extiende de la mano de Internet, lo que puede acabar afectando también a la calidad. ¿De verdad puede alguien creer que una información fiable, independiente y veraz no tiene coste? El periodismo de calidad es cada vez más caro, porque exige escribir desde el lugar de los hechos, investigar y no conformarse con las versiones de parte; exige más tiempo, más recursos y mayor cualificación profesional. Si el lector no paga por la información, ¿quién lo hará?, ¿a cambio de qué?

Un modelo de información totalmente gratuita por Internet supondría un cambio de modelo. El periodismo pasaría a depender totalmente de los anunciantes. El actual equilibrio se invertiría. Si la publicidad se convierte en el principal o el único sostén de la información, los medios pueden perder su independencia. Ahora EL PAÍS puede preservar la suya porque hay suficientes lectores dispuestos a pagar por el diario en el quiosco. No defraudarles es, pues, un imperativo de supervivencia del actual modelo».

Leyéndolo, se me han ocurrido unas cuantas cuestiones:

¿Debe ser un medio independiente sólo porque tiene lectores que paguen por acceder a su información o debe serlo (o tratar de parecerlo, no seamos ilusos) por definción?

Si, como se interpreta en el texto, los anunciantes pueden influir en las noticias y El País ha tenido anuncios desde el principio de sus tiempos, ¿cuántas noticias hemos leído teñidas del color del que paga y cuántas hemos dejado de leer?

¿Alguien ha dicho que la información de calidad no tenga coste? (Otra cosa es que ese coste lo paguen otros, no el lector; eso es cuestión de cada modelo de negocio).

Partamos de la base que plantea la defensora: el periodismo de calidad es cada vez más caro. Entiendo que eso significa que El País tiene cada vez mayor calidad y que, por eso, ha subido un 20% de precio en menos de un año. Si es así, ¿por qué en el mismo texto se admite que están bajando la paginación y los recursos?

La defensora menciona, por cierto, el nuevo precio del periódico pero no le da importancia. No sé si espera hacerlo en el futuro o si prefiere pasar, pero es un hecho que han subido 20 céntimos en menos de un año. Cierto es que, como dice, sigue siendo más barato que un cruasán. Pero es que el cruasán no lleva publicidad.

Suena esa cojoversión de Marianne Faithfull del Salvation de Black Rebel Motorcycle Club.

La foto es de aquí, creo.

Read Full Post »

800px-mirador_collado_pilon1

He aquí un retrato del momento firmado por Santiago Niño Becerra, Catedrático de Estructura Económica de la Universitat Ramon Llull y autor del libro El crash del 2010. Toda la verdad sobre la crisis. Fue publicado el lunes en El País con el título de Lo que está pasando y se puede leer completo pinchando aquí. Yo sólo dejo algunas cosillas.

Las crisis sistémicas se caracterizan porque al estallar afectan al propio funcionamiento del sistema y a fin de salir de ellas es preciso sustituir o modificar en profundidad algunos elementos constitutivos del mismo, de forma que se introduzca en él una nueva forma de operar. La crisis de 1929, que condujo a la Gran Depresión, fue de estas características. La crisis ante la que ahora nos hallamos también lo es.

(…) no es posible que se continúen despilfarrando recursos tal como se han estado despilfarrando hasta ahora. Y no es posible, no sólo desde el punto de vista de la ecología, sino por mera eficiencia del propio sistema.

El actual modo de funcionamiento del sistema productivo, desde su mismo origen, fue altamente despilfarrador. Partía de una base errónea, ya que suponía que la cantidad de recursos de los que podía disponer era ilimitada. De todos los recursos, desde el petróleo hasta el uranio, desde el cobre hasta el agua. Por consiguiente, el modo de producción puesto en funcionamiento por nuestro sistema no se paraba a pensar en la eficiencia en el uso de tales recursos. En todo caso, la preocupación era, tan solo, cómo obtener los recursos precisos al más bajo precio posible. Y debido a que durante muchos años el precio de las commodities fue muy reducido, la eficiencia en el uso de los recursos continuó brillando por su ausencia.

(…) El cambio sistémico que traerá la crisis que estamos comenzando a padecer y que se pondrá de manifiesto de forma especialmente dramática a mediados de 2010 nos hará desembocar en una situación en la que, tarde o temprano, el propio sistema comprenderá que los remedios que se han ido estableciendo desde el año 2007 no sirven de nada.

Y cuando por fin llegue ese momento, la salida de la gravísima y terrible situación a la que el mundo se enfrenta tendrá que consistir en la toma de conciencia de algo que deberíamos haber comprendido hace tiempo. A saber: que la eficiencia en el uso de los recursos debe regir de forma prioritaria la toma de decisiones, y que es a través de la mejora continuada de la productividad como se pueden conseguir los cambios necesarios para ver la salida de la crisis.

Dicho así no suena mal: hay que acabar con el despilfarro, tenemos que ser más ecológicos, debemos utilizar los recursos de forma muy productiva. No suena mal, pero todos, Gobiernos, empresas y ciudadanos, debemos comprender y aceptar que para funcionar de ese modo tenemos que aplicar cambios drásticos y profundos, que afectarán muy notablemente a nuestro modo de vida. Y son unos cambios que tendrán que ser, además, permanentes. Introducir esos cambios, teniendo en cuenta que son de gran calibre, no es sencillo para nadie. Ni sencillo ni agradable, sobre todo al principio».

Sonaba en Spotify mientras leía esto Dr. Dog, 100 Years. Una preciosidad.

La foto, de la Wikimedia, es del mirador Collado del Pilón, en Murcia.

Read Full Post »

posada_revolucion

¿Momento de abrocharse los cinturones? En absoluto, responde la ministra. ‘No es hora de pedir sacrificios a los españoles, sino de infundirles entusiasmo. Tenemos que dar confianza a la gente’. Transmitirles la sensación de que la recuperación está cerca. Salgado razona en voz alta sobre el efecto Obama, esa ola de confianza que ha recorrido Estados Unidos, impulsada por el presidente de la nación. ‘Barack Obama ha sabido presentarse ante los norteamericanos como una persona digna de confianza, que además confía en sus compatriotas’, dice. A simple vista, es difícil pensar que el nuevo Gobierno Zapatero pueda generar un efecto Obama a estas alturas. Pero Salgado está dispuesta a dejarse la piel en el intento. Aunque sabe que no lo tendrá fácil».

Esto de arriba es sólo un cacho del reportaje de Lola Galán antes de ayer en El País sobre la flamante Vicepresidenta y Ministra de Economía. A mí me importa un carajo si Elena Salgado lleva zapatos de color visón, le gusta el deporte  o es más amiguita de Pepín Blanco que de la Álvarez. A mí lo que me preocupa es que siga haciendo lo mismo que hacía Solbes o que lo que  lleva haciendo Zapatero desde que se ha enterado que a esto no se le llama desaceleración: nada. Y tiene toda la pinta de que eso va a ser así. Parece que este Gobierno tan progre que tenemos no se entera. No se entera de que el mundo está en un momento como nunca lo ha estado en los últimos cincuenta años. No se entera de que es una oportunidad para demostrar voluntad de hacer cosas, ganas de cambiar, intención de mejorar. No se entera de que con palabras y sonrisas no se construye una nueva sociedad.

A ver, Obama dio confianza e infundió entusiasmo a los norteamericanos para ganar las elecciones. Y las ganó. Pero luego no ha parado de tomar decisiones, de exigir a empresas y organizaciones, de preparar a su país y al mundo para un cambio necesario. Habrá que ver si le sale, pero nadie podrá decir que no lo ha intentado. Por el contrario, éstos que tenemos en la Moncloa no han hecho una mierda. Bueno, sí, dar dinero a los ayuntamientos para que lo derrochen en obras casi siempre innecesarias y siempre insostenibles. Y la chorrada de los 400 euros. Ah, y rogar a los bancos que den créditos a las familias. Nada de crear empleos verdes, de cambiar financiaciones, de anticiparse al futuro…

Hoy toca decir eso de ¡salud y república! Es quedarse corto. Ya no son las únicas cabezas decorativas las del Borbón que soporta la corona y las del resto de su amplia familia. Todo nuestro Gobierno es un enorme florero lleno de plantas más o menos feas que no valen ni para que se las coma una cabra. Dejemos de regarlas de una puta vez. ¡Salud y república! ¡Salud y democracia de verdad! ¡Salud y revolución!

Suena bien duro Cicatriz, Cuidado burócratas.

La ilustración se llama Revolución y es del mexicano José Guadalupe Ramos.

Read Full Post »

truthlies_700dpi_web

Como canta Lidia Damunt, «la Verdad es un periódico de Murcia y nada más». Gracias a una entrada del blog de Silvia, acabo de ver el programa de Samanta Villar dedicado a los porros. Uf. Tengo la sensación de que la periodista (los periodistas) que lo han hecho se la han cogido con papel de fumar y, por eso, han editado esa versión desequilibrada y exagerada del asunto. El cannabis es una sustancia la mar de aceptada en España, a pesar de lo que diga la ley. Por eso es absurdo dedicar 60 minutos de televisión en segundo prime time a retratar a exadictos y freaks en vez de salir a la calle y ponerse a grabar la vida normal del fumador normal. Tan absurdo, que dudo de que haya sido por presión de la cadena y, ni siquiera, de la productora. Más bien, tiene toda la pinta de ser cosa de las ganas de agradar de un director pusilánime o, como ya he dicho, de los propios curritos. Peor para ellos. Hacerlo así sólo resta credibilidad a sus hacedores: plumillas, directores, productora y cadena.

Por suerte, aún se pueden leer por ahí piezas de periodistas honestos y responsables que tratan de que la Verdad salga de la huerta murciana y llegue, por ejemplo, a la percepción pública sobre las manifestaciones contra el G20 en Londres. Todos hemos visto en los informativos las imágenes de los «anarquistas», los «antisistema» o cualquier otro calificativo de redactor de pacotilla rompiendo cristales, colgando muñecos de banqueros y encendiendo fuegos urbanos. Ya lo anticiparon los medios ingleses: llegaban los hunos para hacer temblar los cimientos del sistema. Por lo que se vio, casi lo consiguen. ¿De verdad? Resulta que The Economist, semanario liberal donde los haya, mandó a un periodista al jaleo. El tío, trabajando para quien trabaja, podía haber hecho una crónica desde las mismas puertas del infierno retratando a un montón de bárbaros devorando oficinistas y descuartizando policías. Pero no. El hombre decidió contar lo que vio y lo que vio fue una manifestación pacífica rodeada por un ejército de policías que no dejaban salir a nadie del cordón y algunos pequeños brotes de violencia. Se puede leer pinchando aquí. Yo dejo aquí el párrafo final, en inglés, que no me apetece traducir:

Back in the office, we watch coverage of the day. From their headlines and descriptions, you would think full-scale riots had broken out. There were certainly altercations between the police and small groups of protesters but on the whole, it was fairly peaceful. There were tense moments. Some damage was done. A few people got hurt, but after all the dire warnings of catastrophic lawlessness and turmoil, everything seemed remarkably calm, at least from what we saw. Maybe we missed the mayhem. Or maybe there was none».

Una pena que The Economist no firme la crónica en la Red para dar crédito a su autor. Una pena que haya que rebuscar entre toda la información sobre el tema para encontrar algo así. Una pena que su aproximación a su oficio (y al mío, coño) sea excepcional. Por cierto, hablando del G20 y de verdades, he aquí el comunicado de ATTAC sobre la cumbre, por si alguien quiere saber.

Suena Gil Scot Heron, The Revolution Will Not be Televised.

Read Full Post »

banksy

He empezado el año a contrapelo. No porque haya vuelto al redil laboral. Que, de alguna manera, también. Sino porque, mientras el resto del Planeta corre en desbandada buscando la salida ante el desastre que se presume, yo camino esquivando las masas convencido de que todo esto es una oportunidad estupenda para que las cosas cambien. Puede que una de las últimas, seguramente una de las mejores. He sido escéptico casi toda mi vida. He sido el típico listillo. Un cabrón individualista. Siempre he estado convencido de que el mundo estaba hecho una mierda, de que algo no andaba bien. Últimamente, el convencimiento ha ido a más. El mundo también ha ido a peor, todo hay que decirlo. Sin embargo, creo que es justo el momento de dejar el escepticismo, de ser más inteligente que listo, de jugar en equipo.

Hace meses, Jose Illana, un buen amigo al que conocí en un gran bar hace años, me contó que tenía un proyecto: se llamaba Quiero salvar el mundo haciendo marketing y consistía en usar las herramientas del marketing para hacer un mundo mejor, más decente. Acción social, responsabilidad social corporativa, reputación. Puede que a alguien el nombre le suene a camelo cosmético. No lo es. Llevo desde enero metido en el ajo y doy fe de que vamos en serio. Nos podemos equivocar, pero creemos en lo que hacemos.

Entre lo que hago, por cierto, hay un blog. Sí, otro. Se trata de contar cosas que están ocurriendo, pequeñas y medianas acciones de gente que también cree que merece la pena intentarlo. Es un medio que recoge noticias (y a veces opiniones) disidentes por positivas y contagiosas.  Un lugar donde se habla de medio ambiente,  economía, empresa, arquitectura, diseño, urbanismo, consumo responsable, acción ciudadana… No lo hago yo solo. También escriben Jose, Luis, Aleka y algunos más que se están animando. Ésa es la idea. Que acudan y participen todos aquéllos que crean se pueden hacer las cosas de otra manera. ¿Y por qué no…?

www.yporqueno.info

Read Full Post »

800px-glass_exit_sign

Hoy escribe Nicolás Sartorius en El País un certero artículo títulado Un Estado de bienestar global en el que habla de lo que estamos hablando todos todo el rato. Para el que no haya tenido tiempo de leerlo, para el que sea lector de otro periódico o para todo aquél al que le haya parecido una ordinariez empresarial otra subida de 10 céntimos en el precio de dicho medio -lo han subido un 20% en un año, por no hablar del redondeo de las 100 pelas al euro que hicieron todos en su momento; no sé yo si es la mejor manera de atraer a un lector que huye del quiosco-, dejo un par de párrafos.

«Me preocupa cuando oigo hablar solamente de crisis financiera o de crisis económica. Por supuesto que estas crisis existen. Las manifestaciones son obvias y dolorosas. Pero lo que tenemos delante es el hundimiento de un modelo de capitalismo que no ha estado gobernado por la política, sino que ha estado en manos de una élite mundial, sobre todo financiera, descontrolada, que ha buscado su único beneficio».

«De esta crisis se puede salir con más de lo mismo o con otro modelo, más democrático, más social y, desde luego, sostenible. Creo que la época en que EE UU y Europa hacían y deshacían está superada. Hay que democratizar todas las instituciones internacionales; fomentar los procesos de integración regional que vaya creando una red de gobernanza coordinada global; apostar por un nuevo paradigma energético basado en las energías limpias; establecer nuevas reglas en el comercio mundial que incluya cláusulas de cohesión social; acabar con los paraísos fiscales, que son un auténtico robo a los fiscos, ¡y la gente se sigue preguntando dónde está el dinero! En una palabra, ir creando, paulatinamente, un Estado del bienestar global, única manera, en mi opinión, de mantener a la larga el que disfrutamos en Occidente».

Suena Blur, There’s No Other Way.

La foto es de Alton y viene de la Wikimedia.

Read Full Post »

« Newer Posts - Older Posts »