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Archive for the ‘Comercio’ Category

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Ayer fue el Buy Nothing Day (BND) internacional, el día de no comprar nada, un asunto promovido por diversos movimientos sociales de todo el mundo. En Estados Unidos, el BND fue el viernes. Se llama black friday (viernes negro) al primer viernes tras el día de Acción de Gracias. Aunque no es fiesta, muchos gringos tienen el día libre y salen en manada a hacer patinar sus tarjetas de crédito y celebrar como Rockefeller manda el espíritu de la Navidad. Buen día para protestar y sobrevivir, que diría Discharge. En el resto del planeta, la cosa es el sábado. Se trata, claro, de pasar el día sin comprar, sin consumir. Consiste en dar un descanso a este sitio tan gastado en el que (y del que) vivimos y, de paso, reflexionar sobre en qué nos hemos convertido: ¿somos ciudadanos o somos consumidores? No me contesten ahora, háganlo después de la publicidad…

Uno de los principales promotores del asunto BND es la organización/revista/website/fundación/red de origen canadiense Adbusters. Se trata de un medio de comunicación y agitación esencial para enterarse (de verdad) de lo que pasa y pensar en lo que debería estar pasando para que pasara otra cosa. Una gente muy creativa que utiliza los recursos y el lenguaje publicitario para atacar lo que vende la publicidad. El caso es que llevaba un par de días curioseando por su web y me llamaba la atención que al lado del banner sobre la campaña anticonsumista había otro que te vendía unas zapatillas (muy sostenibles pero a 70$) o una camiseta bien chula (y bien anticorporativa pero a 25$). Supongo que nadie es perfecto (aunque la verdad es que el viernes tuvieron la tienda cerrada por eso de ser coherentes o, al menos, parecerlo).

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Pero lo más de chiste del día fue esta noticia aparecida en El Mundo. El viernes negro dejó un martir para la causa del capital: un currito de un Wal Mart de Nueva York murió arrollado por 200 consumidores con hambre de ganga y sed de gasto. Mucha campaña de agitación creativa y por mucha pajilla mental de bloguero plasta pero la civilización occidental sigue su curso y lo hace pisoteando a quien se le ponga por delante. Efectivamente, podemos conseguir casi todo lo que nos propongamos. Lo malo es que lo que nos proponemos conseguir es tan sólo un iPhone rebajado.

B.S.O. Minor Threat, Cashing In.

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¿Por qué las drogas (ilegales) resisten impasibles a la inflación y no han subido ni bajado* de precio ni con el redondeo al euro ni luego?

* A pesar de lo que dice El Pais.

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Tras la que ha liado Santi Santamaría se me ocurren varias cosas:

· No sé si es consciente, pero este cocinero que ha salido en los medios para criticar a todos esos cocineros que salen en los medios ha expresado el sentimiento de la gente que, en general, está bastante harta de cocineros. Será porque no paran de salir en los medios.

· Lo malo no son los Adriá, Arzak y Aduriz. Lo peor son los cientos de imitadores baratos (pero muy caros) que han surgido por todas partes. Siempre pasa lo mismo. En música, por ejemplo. Lo malo no fueron los Smiths. Lo peor fue toda la ristra de grupos repipis, redichos y rimbombantes que nacieron inspirados por las cositas de Morrissey.

· A pesar de llevar relojes más caros que la mayoría, los cocineros han demostrado ser como todos los demás profesionales. Corporativos del copón. Han cerrado filas por eso de defender la-cocina-española. Me juego mi wok a que en el próximo Madrid Fusión a Santamaría le van a hacer el vacío y no le van a dejar probar sus nuevas esferificaciones.

· Digo yo que lo que los cocineros entienden por la-cocina-española es todo el chiringuito que se han montado: venta de libros, anuncios de hornos, cursos, conferencias, caterings y partidos de pinches contra chefs. Ojo, están en su derecho de sacar rentabilidad a la tendencia que han creado. Pero supongo que por mucho que hable Santamaría no está en peligro, como ellos dicen, la cocina española de verdad. No creo que desaparezcan las lentejas, el salmorejo, la merluza a la vasca y el pa amb tomàquet.

· Al final, todo es promoción. Santamaría habla porque quiere salir en la foto. Los otros, que no se cansan de posar para las fotos, responden no vaya a velárseles el negativo. Los que tendrían que reflexionar son los que hacen la foto. Los medios dan demasiada cobertura a las palabras de Santamaría lo mismo que dan demasiada cobertura a los experimentos de nitrógeno de los otros. Lo explicó ayer Enric González muy bien (qué coño muy bien, mucho mejor que yo).

· La pena es que hay tema. Los cocineros se han convertido -porque ellos han querido, ojo- en generadores de corrientes gastronómicas. Por eso, tienen una responsabilidad. Está bien que haya laboratorios como El Bulli, lugares donde comer sea como montar en un Fórmula 1, pero eso no tiene que ser la norma. No es sostenible. Los cocineros estrella deberían ser los primeros en recomendar una cocina hecha con productos de la tierra. No por una cuestión de patriotismo, sino por pura supervivencia. Porque el consumo excesivo nos está dejando sin materias primas. Porque si se sigue sirviendo tataki de atún rojo como si se pudiese sembrar, pronto nos tendremos que conformar con ensalada de medusa. Porque beber en Madrid un agua mineral embotellada en nosequé afluente de un río escandinavo es tan chorra como obsceno. Porque al final las tascas y las casas de comidas van a ser especies en peligro de extinción ante el acoso de los cuatro jinetes de la gastroenteritis: el diseño, lo neoasiático, la caramelización y el lounge.

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