Ha llegado el momento de que la dirección de empresas también adopte su propio código deontológico (un ‘juramento hipocrático empresarial’) que defina los derechos y responsabilidades del diretivo de cara a la sociedad».
Sacado del artículo Un nuevo código ético para el capitalismo, de Ángel Cabrera Izquierdo, publicado ayer en El País.
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