Reportaje de la serie Zona Prohibida para la revista GQ. El pasado verano se celebró en Sitges la primera Cumbre Europea de Exopolítica y ahí estuve yo, rodeado de seres humanos venidos de otro planeta mental. Mira que he hecho cosas raritas para Zona Prohibida, pues ninguna tan bizarra y acojonante como ésta.
Estamos en el principio de un cambio que hará de la Tierra un lugar de paz, abundancia y espiritualidad y, lo mismo que hay seres de otros planetas ayudándonos, nuestros descendientes serán embajadores del cambio en otros mundos. De hecho, ya hay terrícolas que han estado de visita en Marte. Claro que también hay un poder que se opone a esa transformación, reptilianos como los Rockefeller o los Bush, descendientes de los reyes de Sumeria y, en realidad, reptiles humanoides y extraterrestres. Sé que es una información que puede convulsionar la mente y el alma del lector. También sé que podrían matarme por revelarla. Da igual. Alguien tiene que hacerlo.
Yo asistí a la Cumbre Europea de Exopolítica y sé que es momento para la verdad. Pero, antes, a definir exopolítica: “Una nueva disciplina científica que estudia las relaciones entre las civilizaciones extraterrestres y la humana”, o sea, la política extraterrestre. La reunión de Sitges fue una de las más grandes a nivel (inter)planetario. Los mayores expertos de todo este mundo y puede que de otros, mil asistentes cada uno de los dos días, 70 medios acreditados. Es un tema que no conviene tomarse a broma… A ver si lo consigo.
Siesta en Sitges. El público es variopinto pero no pintoresco. No hay ni doctores Spock ni soldados del Imperio. Hay chicas modernas y señoras que parecen venir del bingo. Hay tipos con aspecto de gurú new age y otros con pinta de funcionarios de Correos. En las primeras charlas, un australiano cataloga de forma académica las fuentes de información extraterrestre, un inglés que ha currado 25 años en su Ministerio de Defensa habla de la desclasificación de archivos OVNI y yo aprovecho para echar unas cabezadas.
Despertar en Sirio. Susi, una asistente, me cuenta que es canalizadora: “Soy como una radio, transmito mensajes desde Sirio”. Sirio es una estrella y por eso me extraño de que nadie pueda transmitir nada desde allí, con el calor que debe hacer en verano. “Es que son seres espirituales, están en otro nivel de evolución”. Aha, ¿y qué se cuentan? “La humanidad tiene que despertar, tenemos una parte divina y ellos nos pueden ayudar a desarrollarla”.
Empanada cósmica. Salgo al hall a digerir lo que acabo de aprender y encuentro un mercadillo. Puedo comprar libros, todos de no ficción: Durmiendo con extraterrestres, Teología cuántica: el retorno de Cristo, El terrorismo internacional: nada es lo que parece, 11M: los perros del infierno… También hay una piedra, Orgonita, que convierte la energía negativa en positiva, minerales variados y nutrialimentos. Uno que dice que ha llegado tarde porque “estaba en clase de meditación” y otra que pregunta si “has tenido contacto con otros seres”. Es la hora del aperitivo y aquí se cuece un guiso que mezcla ciencia ficción, new age, esoterismo, conspiranoia y ecologismo mal entendido. Lo que viene a ser una empanada mental… y espiritual.
Energía libre, criterio volátil. En una de las charlas más esperadas, Brian O’Leary, científico y ex astronauta, habla de la “revolución de la solución energética”, o sea, de fuentes de energía limpias, baratas y descentralizadas que acaben con la tiranía del petróleo. En realidad, habla de asesinatos de investigadores, dice que los ecologistas se oponen a las energías limpias (palabrita) y nos invita a visitarlo en su casa de Ecuador. La gente aplaude sin parar; y no por la invitación, sino por frases como: “La agenda de los Illuminati no muestra el camino que queremos seguir”. Pregunto a dos del público al azar, Gustavo y Antonio. Contestan: “Hemos venido para verle a él y ha estado muy bien”. No me corto, les digo que no ha dicho nada sobre energía libre, que nadie puede saber más de lo que sabía antes. Respuesta: “Tienes razón, nos ha defraudado”. Conclusión: el planeta Criterio aún sigue deshabitado.
Crónica marciana. Robert Dean, Sargento Mayor del ejército gringo durante 27 años, enseña fotos que rescatadas del primer viaje a la Luna en las que se ven claramente (ojo: sarcasmo) tres naves espaciales. También muestra imágenes de ciudades en Marte “del tamaño de Chicago”. Y avisa: “La Tierra ha estado bajo vigilancia durante miles de años pero, tranquilos, no son hostiles”. Arranca ovaciones que ni José Tomás en la Monumental de Ganímedes. De repente, sube un espontáneo. Hecho un flan, se presenta: Henry Deacon. Logra armar una frase: “Bob, gracias, cuando has mostrado las fotos de Marte me he emocionado porque… ¡yo he estado allí!”.
ET soy yo. El mejor gag del día no arranca ni una risa pero sí un montón de aplausos. Bob el Sargento Mayor se anima y entra al quite. “No tengáis miedo, todo va a salir bien. De hecho, en cumbres de este tipo, he comprobado que siempre hay uno o dos de ‘los otros’ entre el público”. Con naturalidad, y sin descojonarse ni un poco, el respetable se mira a ver si cala al visitante. En ese momento descubro la verdad: el extraterrestre soy yo.
La estrella que habla. Steven Greer es director del Disclosure Project, organización cuyo objetivo es, cito a Wikipedia, “desvelar una supuesta conspiración por la que gobierno de los Estados Unidos habría ocultado datos relacionados con la existencia de OVNI”. El ponente postinero presume de contactos habituales no sólo con seres de otras galaxias, sino con algunos de ésta: Clinton y Obama, por ejemplo. Dice: “Los guardianes no van a dejar que esta generación destruya la Biosfera porque este Planeta está destinado a crear una nueva evolución. En 50.000 años -hay que reconocer que el hombre tiene visión de futuro-, nuestros descendientes serán visitantes extraterrestres en otros planetas”. Tras mostrar fotos de naves a las que convoca mediante triángulos de luces, explica sin miedo a la contradicción que los alienígenas no viajan en naves como las imaginamos, que viven muy lejos (por fin un dato fiable) y que por eso usan tecnologías transdimensionales y nos visitan a través de la consciencia. Y pregunta: “De los presentes que han tenido contacto con extraterrestres, ¿cuántos han sido a través de la mente?”. Levantan la mano 30. Flipo. Y entiendo que hay muchas manos bajadas porque sus contactos fueron por otras vías, ya sean tecnológicas, respiratorias o rectales.
La guerra de los mundos. Sin embargo, no hay consenso. Es lo que tiene la (exo)política. En la jornada del sábado, en el turno de debate, interrumpen unos exaltados. Acusan a Steven Greer de haber amenazado de muerte a cinco personas. El líder del lío es Rafa Pal, un sujeto que edita un periódico llamado El Jaque Mate en el que se dicen “verdades” como que lo de los seis millones de judíos asesinados por Hitler es propaganda. La organización manda un email unos días después del follón para aclarar que las amenazas no fueron más que una frase de coña de Mr. Greer. Rafa Pal contesta en su blog acusando a Greer de ser un reptiliano. Exacto, uno de esos reptiles disfrazados de humanos que lo controlan todo desde las sombras. Ay, madre.
En efecto, no es para tomárselo a broma. No es el estilo de esta sección chotearse de las cosas y gentes que retrata. Cierto es que en este texto hay choteos varios. También es verdad que podían haber sido más. El planeta está hecho cisco y hay que hacer algo para cambiarlo, estamos de acuerdo, pero quejarse de que los reptilianos lo tienen todo bajo control o confiar en la ayuda de los sirianos es tan productivo como rezar a San Pancracio. Los exopolíticos presumen de ciencia pero se muestran como una religión. O peor. Ni un solo dato, ni una sola explicación, ni una sola razón. Tienen complejo de chalados, creen que los medios les tratan como chalados. No sé, ¿será porque dicen chaladuras? Es probable que haya vida extraterrestre en el Universo. Incluso que sea inteligente y avanzada. Hasta me puedo llegar a creer que los alien quieran ayudarnos a evolucionar. Lo que no me trago ni harto de pacharán es que se comuniquen con esta gente. Antes se quedan en casa de Carlos Jesús.
Esta bien , reirse un poco ,,,
Lo que ocurre, es que la realidad es bastante mas real de lo que parece ser.
El que indaga un poco en este tema, acaba con la cabeza como una pasa, y eso es lo que realmente pasa.
No se quien escribio este articulo ,,pero ,,me gusto.
Esta bien , reirse un poco.