Twitter es la cuestión. El tiempo que dejan libre la gripe porcina y la crisis hay que dedicarlo a hablar (o escribir) de Twitter. El otro día, en una comida, oí que alguien se preguntaba si la marca de microblogging podía llegar a ser «el nuevo Google». Demasiado pacharán. La mayoría de la población sigue llevando una vida más o menos completa sin tener ni idea de qué coño es Twitter. Una noticia reciente decía que el 60% de los que se abren una cuenta la abandonan al rato. No tengo estadísticas pero sospecho que buena parte del 40% que se queda lo hace para preguntarse para qué sirve. Sólo unos pocos adelantados han encontrado alguna utilidad a la cosa. Richie Hawtin es uno de ellos. Cómo no. El DJ y productor canadiense siempre está a la que salta en estos asuntos y ha desarrollado una aplicación que tiwttea los temas que van pasando por su Traktor en sus sesiones. Vamos, que mientras el hombre plástico está poniendo patas arriba un antro en Rotterdam uno puede ir viendo los temas que salen por los altavoces en su pantalla a través de su cuenta de Twitter. No va a acabar con el virus recesivo ni con la economía porcina pero algo es algo.
Aquí dejo el primer cacho de un documental sobre Richie que he encontrado en YouTube. Tiene imágenes y sonidos de los primeros tiempos de Detroit y algunas cosas curiosas más. A mí me ha traído recuerdos divertidos, como cuando coincidí en un hotel de Loja, Granada, con un Hawtin recién llegado, con su pinta de empollón ultratímido. El mismo bandarra que unas horas después reventó a miles de andaluces convocados por Satisfaxion y acostumbrados al breakbeat con una mitiquísima sesión de techno minimal (pero minimal de verdad).
Visto en AudioPorn Central.