Zapatero lleva una semana insistiendo en eso de que “la crisis es opinable”.
A mí me llamaron hace unos días desde uno de los medios en los que colaboro para avisarme de que me bajan un 33% el precio de mi trabajo. Inopinadamente.
¿Y yo? Yo no sé qué opinar. Creo que tengo una desaceleración existencial.