La economía nipona vive estancada desde hace casi 20 años, con el riesgo de caer en deflación (caída generalizada de precios). Se han llevado a cabo todas las medidas posibles: rescates bancarios, tipos de interés prácticamente planos, emisiones de cantidades ingentes de deuda pública… Nada funciona. La economía no crece.
Para combatir este riesgo, diversos economistas abogan por elevar el consumo y generar inflación a través de la imposición de tipos de interés negativos. A la gente se la penalizaría por depositar sus ahorros en una entidad financiera, por lo que solo les quedarían dos opciones. Consumir desaforadamente o acumular efectivo. Y para evitar esta segunda se optaría por suprimir el metálico y así operar únicamente con dinero electrónico».
Copiado y pegado de El País, de un reportaje llamado El dinero, de plástico, por favor. Pues nada, que espero que sea verdad que ya nadie lee periódicos, no vaya a ser que a alguien se sienta inspirado.
Suena Agradable sobremesa con una japonesa, de KGB.
Me cuesta un poco ver la parte positiva de algunos hechos, no soy como Violaine. Incluso me cuesta ver los propios hechos, de tan poco que los tratan los medios de comunicación. Como casi nadie sabe, se está celebrando en Doha, Qatar, la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES). Quizás alguien se haya enterado porque allí se discutía la conveniencia de prohibir el comercio de aún rojo. Finalmente, ganó la conveniencia de países como Japón y España, dos extremos de ese comercio, y perdió la conveniencia de la naturaleza, en general, y de los atunes, en concreto, otra especie que se quedará para los documentales por la gula del personal.
Por eso, uno se acuerda del letrero que daba la malvenida a las puertas del infierno de Dante cuando ve este panorama. Insisto, lo malo no es que los gobiernos del mundo tomen este tipo de decisiones. Lo dramático es que nos la trae flojísima.
La fotografía estereoscópica (stereoviews, en bárbaro) fue una cosa de finales del XIX y principios del XX que ahora se recupera un poco. Dos fotos casi idénticas que formaban una imagen como en 3D al ser vistas en un estereoscopio y que también se ven así gracias a GIF animados como éste. La imagen -unos luchadores de sumo anteriores a las nuevas exigencias estéticas- es una de las muchas capturadas por el fotógrafo T. Enami y recuperadas para el mundo de Internet por Okinawa Soba. Más allá del efectito, la colección es bastante potente como retrato de un país exótico en un momento aún más exótico. Por eso recomiendo leer tanto los textos de la web del fotero como del Flickr de Soba. Eso, para el que tenga tiempo; el que no, ya tiene suficiente para quedar como un tío listo en la barra de cualquier bar.
Y, como vamos de estéreo, suenan también los chalados The Boredoms y parte de su concierto 77 Boadrum (vaya dos conciertos de estos tíos que he vivido, por cierto, en momentos tan distintos de mi vida… y de la suya).
Vía un soplo de mi hermano Carlos (el link ha desaparecido misteriosamente). Gracias, pues.
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