Para describir el [sistema] que domina el planeta, la palabra no debería ser ya «capitalismo» sino «plutocracia deseísta». Siglos de humanismo europeo han sido pulverizados por una utopía colectivista seguida de una utopía comercial».
Lo escribe Frédéric Beigbeder en «Socorro, perdón» [Anagrama, 2008].