¿Un himno skin convertido en una rumba gastronómica? Claro que sí. Los 4 Skins cantaron su Chaos para honrar la pasado,el presente y el futuro de la estirpe de calvos londinense. Los Decibelios la adaptaron para convertirla en oda a la alopecia con botas española. Pero ha tenido que llegar este tío de Hospitalet para convertirlo en un himno nacional para todos los públicos. Tachita de Collblanc es el necesario paso evolutivo de la música Oi! ibérica. Versiones en clave de rumba de números clásicos del género de Angelic Upstarts, Cock Sparrer y los mencionados 4 Skins, pero también de Beatles y Manolo Escobar. ¡Calorros y orgullosos!
No somos inmortales aunque nos acerquemos cada noche a la muerte, no somos inmortales aunque sólo nos acordemos de ella en alguna resaca, no somos inmortales aunque lo merezcamos. Ha muerto Agustín y me han subido de repente todos los vasos que le devolví vacíos. El Balmoral cerró hace años y lo celebramos con una especie de funeral irlandés de dos días. Bebimos para olvidar todos aquellos momentos memorables. Imposible. Al menos, hoy. Ha muerto Agustín, la mitad de ese Balmoral inolvidable. Algunos bares son parte de mi paisaje y sus camareros, personajes de mi novela. Agustín y Manolo no son personajes cualquiera; son secundarios de lujo que me me han ayudado a acertar y a equivocarme, según, en mi trama vital. Amigos. Ha muerto Agustín, me lo ha dicho Ricardo, que le acompañaba de nuevo en el Angus Bar, y yo se lo he dicho a otros amigos que compartimos barra con él. Vaya trago. Ha muerto Agustín y, a la espera de otro funeral irlandés, brindo por él. Y por Manolo y por Ricardo. Y por todas las noches que pasamos juntos. Por las buenas y también por las malas. Y por esos callos que siguen perfumando la calle Hermosilla.
RT @eltransito: A veces es difícil parar a recapitular, @PedroBravo mira una década de cambio en Malasaña. Algunas cosas de las que habla s… 1 month ago