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Saïd El Kadaoui Moussaoui
Catedral, 2016
Mira tú qué bien: de repente en España tenemos una editorial juguetona con el diseño de las portadas y que arriesga con sus libros y escritores. De repente, también, tenemos un autor que nos mira desde allí aunque sea de aquí —en realidad, no tan de repente porque Saïd El Kadaoui Moussaoui, este autor, escribe en varios medios, sobre todo de Cataluña, donde vive desde pequeño, y tiene un par de libros publicados—. De repente o, más bien, por fin, tenemos a nuestro propio Hanif Kureishi, aunque un poco más coñón.
Igual este libro puede ser síntoma de que, justo cuando se va a pique, el negocio editorial local se normaliza. Lo que aquí hay es, sobre todo y como se manifiesta en las mismas páginas del libro, literatura del otro, de ésa que sirve para entender la diferencia pero también lo común, de la que logra que entendamos que ni ellos son tan iguales ni nosotros tan distintos.
Escrito, bien escrito, como monólogo hacia otro (un psiquiatra que es otro dentro del otro), estructurado a base de pensamientos fugaces sobre territorio, familia, relaciones, sexo y psicología, lo que hay aquí es, además, literatura del yo y, algo que empieza a ser quizás demasiado recurrente, la ambición por la escritura de un libro como subtrama de la escritura del libro.
El protagonista es duro con lo que llama «el submundo árabe»: «Una burbuja de miseria material e intelectual que cada vez aborrezco más». Duro en general con todo, también consigo mismo, pero simpático y, ya lo he dicho, con mucha sorna. Y certero, con frases de ésas que se clavan como verdades aunque no necesariamente lo sean. «Viajar, hoy en día, esconde mucho más de lo que enseña», «el converso no duda, cree saberlo todo» y así.
Pues muy bien, tú (lo dejo aquí que me tengo que ir al cine y no llego).