Coño, con fijo por Madrid… ¡Qué valiente!».
Son palabras textuales salidas de la boca de un señor con el que me crucé por la calle hace un par de días. El tío se quedó mirando asombrado mi oxidado corcel. Yo iba con la chica con voz de miel, la que me ha descubierto la siguiente canción. Todo esto no es más que una excusa para poner la canción y dedicársela.
Suena Martín Buscaglia, Oda a mi bicicleta.
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