Ayer andaba pensando que el aire que respira un tío de Dakar, Senegal, puede ser, al cabo de un par de flechitas del mapa del tiempo, el aire que respiro yo en Madrid, España. Lo mismo con los de Varsovia o Pekín, Ecuador o Argelia. Igual es una tontería lo que acabo de escribir pero también es una obviedad lo de «ningún ser humano es ilegal» y hay que recordarlo a cada rato. Nos gusta plantar fronteras por tierra y mar pero el aire que nos alimenta sobrepasa nuestro control aduanero, ése que se nos olvida cuando se trata de vivir de los recursos de los demás (como ya dije hace poco).
Hoy me entero por Lula de la campaña de Avaaz sobre (contra) los Centros de Internamientos para Extranjeros (CIE), lugares donde la norma es el maltrato y no hay control judicial (como Guantánamo). Y al mismo tiempo leo que el presunto próximo presidente promete que habrá que pasar un examen para ser español. Curiosa prueba cuando, viendo lo que hacemos, seguramente no hayamos aprobado aún el examen de ser humano.
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Suena Esta tierra es nuestra, una revisión del clásico de Woodie Guthrie a cargo de Nacho Vegas dentro del muy recomendable proyecto Fundación Robo.
La imagen, que tomé en Sol hace mes y pico, muestra una de las posibles pruebas del examen de españolidad.
Bonito post, quizá en unos años tengamos que preguntarnos si tiene precio, y no de forma retórica. E…spero que no.
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