Ayer estuve en Castellana y no vi a nadie intentando asaltar el Ministerio del Interior. Ayer estuve en Castellana y no vi a nadie quitarle el tricornio a un guardia civil. Ayer estuve en Castellana y no vi ni oí ninguna provocación más allá de las pancartas y cánticos que se vienen viendo y oyendo desde el 15M. Ayer estuve en Castellana y vi a miles de personas (no cientos) de todo tipo y condición protestando -y no tratando de acampar en Sol- pacífica y alegremente contra la ruina ética, económica, política y social que estamos viviendo. Ayer estuve en Castellana y vi llegar decenas de furgonetas policiales. Ayer estuve en Castellana y vi como funcionarios del Estado al servicio del ciudadano golpeaban a los ciudadanos. Ayer estuve en Castellana y vi cómo los antidisturbios, entrenados y equipados para responder contundentemente a actos de violencia, ejercían la violencia sobre personas que ni siquiera les plantaban cara. Ayer estuve en Castellana y vi a grupos de hombres uniformados, jóvenes y fuertes, pegar porrazos a señoras de 58 años (Ángela, por ejemplo). Ayer estuve en Castellana y vi a los mandos de la operación impedir la entrada de equipos de emergencia (SAMUR) al lugar de los hechos, dejando a los heridos que ellos mismos habían apaleado, tirados sin asistencia. Ayer estuve en Castellana y sentí miedo, asco y odio no sólo hacia los policías, sino hacia los verdaderos responsables.
Hoy sé que ayer no me han hecho daño ni a mí ni a las personas que apalearon. Hoy sé que ayer sólo han hecho daño a eso que llaman democracia.
Y hoy, a las 20h, estaré en Atocha.
Suena I Feel Your Pain, Suicidal Tendencies.
Deja una respuesta