No sé si debajo de los adoquines está la playa pero estoy convencido de que más allá de todas las noticias que llenan los periódicos todos los días está la realidad. Leyendo El País de ayer lo he confirmado. Entre mourinhadas, recortes y rescates y política ficción se escondía la noticia del día. Una noticia muy rara no porque no ocurran cosas así, sino porque no suelen ser noticias a toda página. Si yo fuera director de periódico, la pondría en portada. Será por eso que no lo soy, porque mala leche tengo suficiente…
Es la historia de una mujer que coleccionaba ejemplares en distintos idiomas de El Principito, que supo de una olvidada traducción al dari que se había quedado sin imprimir, que convenció a amigos para financiar una tirada, que soñó con repartirla entre los niños de Badghis, Afganistán, que pensó que lo suyo sería que lo hiciese el Ejército español, que se lo contó a la Ministra con la suerte de que ésta le hizo caso y que, finalmente, consiguió que ese ejército cambiara por un tiempo las balas por cuentos.
La historia sigue. La mujer también se propuso contruir una escuela en la zona y en ello está, tras convencer al gobierno afgano y montar una Fundación. Merece la pena leerla entera, vuelvo a poner el link, aquí. La mujer, por cierto, se llama Fuencisla Gozalo.
La realidad es esto. La condición humana no es sólo la guerra, la violencia, el odio, el conflicto y toda esa mierda. También estamos hechos de sueños. Y, lo mejor, también a veces queremos y podemos hacer realidad esos sueños… Vaya, me estoy poniendo cursi. Será que mi condición humana también comprende eso.
El caso es que estamos viviendo cubiertos por una nube de desilusión. Da bastante pena pasearse por los medios y por las caras y conversaciones del personal. Todo es pesimismo. Todo es crisis. Todo es un coñazo. Nada debería ser así. Porque todo puede ser distinto si lo hacemos y lo vivimos de otra forma. Porque un día Antoine de Saint-Exupéry se imaginó al Principito y hoy, Fuencisla mediante, hay unos niños en mitad de una guerra en Persia que ven elefantes tragados por una boa donde los demás sólo ven sombreros. Igual es hora de que releamos El Principito y empecemos a ver las cosas como son. Más allá de las noticias está la realidad. La realidad es una boa que se ha comido un elefante. ¿Y por qué no…?
Suena Neil Young, Only Love Can Break Your Heart.
Para Pepe.
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