Antes, para llamar la atención de los dioses cuando la cosa iba mal, sacrificábamos vírgenes. Ahora quemamos coches*.
* Dice Adbusters que en Berlín se producen sacrificios nocturnos -más de 500 carros en llamas en tres años- en protesta contra la gentrificación y la conquista de zonas alternativas por parte del capitalismo de rapiña. El autor del artículo relaciona estas acciones con las protestas en los suburbios de París y Atenas y con el situacionismo y habla del poder simbólico del coche quemado por encima del incoveniente producido al propietario del buga. El que tenga curiosidad, puede ver un Google Map con los sacrificios actualizados al día en esta web.
Suena Light It Up, Blood Red Shoes.
Estos sólo quieren ser como los quema-coches del Levante Español. Pero estos tenían más gracia porque eran todos niños pera y sólo algunos se planteaban que tenía un objetivo «moral». La mayoría sólo lo hacía para pasar el rato y eso sí que era terriblemente revolucionario; ¿cómo se queda el padre ejecutivo que paga la vida fácil de su hijo cuando descubre que este es ejecutor de los sueños por los que el curra? «Yo lo educo para que quiera tener un Audi como el mío y el chaval sólo lo quiere para quemarlo con los colegas». Sí, señor, sí, es eso, lo mismo que el dinero que tú ganas, sólo lo quiere para quemarlo con los colegas; no eres su padre, eres su pringado, al que le roba la merienda en el recreo.
Lástima que nadie hiciese una película y se gastase viente veces su presupuesto en darle publicidad para ganase algunos Goya y crease un debate social al respecto de esos que no sirven para nada pero que divierte al personal.
¡Ay! Los quemacoches del Levante, yo los echo tanto de menos…
¡Qué bueno, iago! Precisamente, este fin de semana me ha venido una escena a la cabeza en la que un padre o una madre le reprochaba a su hijo el que éste no valorara su esfuerzo por sacarle adelante. El hijo respondía:
«¡Necesito un padre/madre, no una máquina de hacer dinero!»
Quizá iría bien para el final de película gafapastosa sobre los quemacoches del Levante… Convenientemente adaptado, por supuesto 🙂
O igual son las propias marcas de coches las que queman coches para así fabricar más coches, quizás por eso la cosa se ha reanimado.
@Pedro
A mi eso me parecería demasiado bonito para ser cierto.