– Si el periódico tuviera estabilidad y reportara unos tremendos beneficios no me importaría que entregaras los dividendos que quisieras. Pero este año no es precisamente el mejor momento para que te aumentes la bonificación. Mi sugerencia es que se reduzcan a la mitad todos los salarios de la dirección.
– La propiedad conlleva una responsabilidad. Como bien señalas, estamos hablando de capitalismo. Los propietarios del SMP quieren obtener beneficios. Pero son las leyes del mercado las que dictan si habrá beneficios o pérdidas. Con tu razonamiento, lo que consigues es que las reglas del capitalismo se apliquen de modo selectivo a los empleados del SMP, pero no a los accionistas ni a ti mismo.
– Creo que no entiendes que, si nuestros accionistas son accionistas, es porque quieren ganar dinero. Se llama capitalismo. Si tu idea es que pierdan dinero, ya no querrán ser accionistas».
Después de haber invadido metros, autobuses y parques de todas las capitales del Reino, ahora se prevé una plaga en las playas de árboles talados a mayor gloria de la memoria de Stieg Larsson y a beneficio de sus polémicos herederos. Entre mucha acción trepidante, tramas de teleserie gringa, personajes que son superhéroes (y superhéroas) y estereotipos (y estereotipas) y nombres suecos imposibles de leer, uno puede encontrar en la trilogía Millennium hasta una reflexión. Es en forma de diálogo entre Erika Berger y su nuevo jefe en el SMP y soluciona de forma simple y certera el problema de los medios de comunicación y de la empresa capitalista en general. Eso sí, el hecho de que este diálogo se produzca de la forma en que se produce y entre la recatora jefe recién fichada por un periódico conservador venido a menos y el capo de los dineros de ese tabloide, demuestra que Larsson no murió de un ataque al corazón sino de un ataque de imaginación.
Suena News Of The World, Wildhearts.
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