Ayer fue investido Florentino Pérez faraón del Madrí. No es que importe ni medio carajo lo que suceda en semejante organización pero sí me preocupa bastante la actitud de los medios hacia el personaje, su vuelta, su proyecto, su trayectoria anterior. Ya, todos sabemos cómo se las gasta la prensa deportiva, su (ausencia absoluta de) credibilidad y todas sus carencias. Pero es que resulta que la prensa deportiva es propiedad de empresas periodísticas que cuentan con medios presuntamente serios y que presumen de credibilidad e independencia y que, además, esos otros medios «serios» también han usado azúcar y jabón para elaborar la información florentiniana.
La cosa ha sido un asco. Desde las informaciones filtradas por el ratoncito Pérez para derrocar al desastroso Calderón hasta los ataques furibundos a las risibles candidaturas contrarias pasando por lo peor, el alzheimer interesado. La ciencia debería estudiar esta modalidad de desmemoria que afecta a los periodistas deportivos y a sus jefes. A pesar de todo lo que bebo y fumo y de lo poco que duermo, incluso a pesar que no me importa ni un carajo lo que suceda en el Madrí (no sé si esto lo he dicho ya, es que tengo mala memoria), me acuerdo de que Florentino Pérez es el tío que echó a Del Bosque después de ganar nosecuántos titulacos, que contrató a ilustres del banquillo como Queiroz, que dio los mandos del futbolín a los jugadores y no al entrenador de turno, que por eso forzó la dimisión de Camacho, que él mismo, un ser superior, dimitió a mitad de temporada… Vamos, que es el causante de lo que pasa ahora en el equipo de sus amores. Y todo eso lo leí yo en los medios que hoy se han olvidado de ello. Ahora podría hablar de lo que no leí. De las cosas que se saben pero no se publican, de los chanchullos de la ciudad deportiva, de los que se benefició ACS durante su anterior reinado o de que, hablando de reyes, qué coño hacia Juan Carlos en el palco del Bernabéu en esos cuartos de Champions… Pero mejor me callo que viene el inspector.
Ha habido muy pocas, poquísimas voces disidentes. El que más ha dado la cara ha sido un buen amigo: David Gistau. David ha dicho y ha escrito lo que algunos pensamos al respecto y lo que todos los demás deberían pararse a pensar. Puede parecer una tontería, un asunto menor. No lo es. Decir las verdades del nuevo barquero blanco le puede costar a uno el puesto. Escribir lo que Florentino no quiere leer puede ser más peligroso que cuestionar a la propia empresa. No es coña. Y sí es para echarse a temblar. Sigo usando mi marchita memoria y recuerdo que este tío es capo de una empresa a la que también los medios deberían juzgar como se merece y no como le apetece a él, que es ya presidente de un club deportivo que no es de su propiedad ni de sus medios chupópteros sino de sus socios, incluso recuerdo que hace años estuvo en un proyecto político y pienso en lo que pasaría si se metiera otra vez en algo así. Y, repito, me pongo a temblar.
Por suerte, el tal Florentino es el nuevo presidente de un equipo que me la refanfinfla (¿no lo había escrito, verdad?). Por desgracia, la prensa que le baila el agua está últimamente preocupada por su preocupante situación, exigiendo nosequé priviliegios porque se dice garante de la libertad y la independencia y jurando que es imposible la información veraz con otro modelo que no sea el existente. Ya. Pues convendría que predicasen con el ejemplo, que demostrasen el movimiento andando. Vamos, digo yo… Compañeros.
Suena Living Colour, Cult Of Personality.
Y nos va a llenar otra vez el madrid de extranjeros, en vez de traer a los Villa, Silva, Granero, Negredo…
Por cierto, David es el único periodista deportivo que hay en este país con un par de huevos. La otra noche en Onda Cero volvió a poner las cosas claras mientras la mayoría le chupaba la polla al tito floren
Florentino es el Mal
Esta foto pone los pelos de punta, santopadredelamorhermoso
Ay, la virgen