¿Momento de abrocharse los cinturones? En absoluto, responde la ministra. ‘No es hora de pedir sacrificios a los españoles, sino de infundirles entusiasmo. Tenemos que dar confianza a la gente’. Transmitirles la sensación de que la recuperación está cerca. Salgado razona en voz alta sobre el efecto Obama, esa ola de confianza que ha recorrido Estados Unidos, impulsada por el presidente de la nación. ‘Barack Obama ha sabido presentarse ante los norteamericanos como una persona digna de confianza, que además confía en sus compatriotas’, dice. A simple vista, es difícil pensar que el nuevo Gobierno Zapatero pueda generar un efecto Obama a estas alturas. Pero Salgado está dispuesta a dejarse la piel en el intento. Aunque sabe que no lo tendrá fácil».
Esto de arriba es sólo un cacho del reportaje de Lola Galán antes de ayer en El País sobre la flamante Vicepresidenta y Ministra de Economía. A mí me importa un carajo si Elena Salgado lleva zapatos de color visón, le gusta el deporte o es más amiguita de Pepín Blanco que de la Álvarez. A mí lo que me preocupa es que siga haciendo lo mismo que hacía Solbes o que lo que lleva haciendo Zapatero desde que se ha enterado que a esto no se le llama desaceleración: nada. Y tiene toda la pinta de que eso va a ser así. Parece que este Gobierno tan progre que tenemos no se entera. No se entera de que el mundo está en un momento como nunca lo ha estado en los últimos cincuenta años. No se entera de que es una oportunidad para demostrar voluntad de hacer cosas, ganas de cambiar, intención de mejorar. No se entera de que con palabras y sonrisas no se construye una nueva sociedad.
A ver, Obama dio confianza e infundió entusiasmo a los norteamericanos para ganar las elecciones. Y las ganó. Pero luego no ha parado de tomar decisiones, de exigir a empresas y organizaciones, de preparar a su país y al mundo para un cambio necesario. Habrá que ver si le sale, pero nadie podrá decir que no lo ha intentado. Por el contrario, éstos que tenemos en la Moncloa no han hecho una mierda. Bueno, sí, dar dinero a los ayuntamientos para que lo derrochen en obras casi siempre innecesarias y siempre insostenibles. Y la chorrada de los 400 euros. Ah, y rogar a los bancos que den créditos a las familias. Nada de crear empleos verdes, de cambiar financiaciones, de anticiparse al futuro…
Hoy toca decir eso de ¡salud y república! Es quedarse corto. Ya no son las únicas cabezas decorativas las del Borbón que soporta la corona y las del resto de su amplia familia. Todo nuestro Gobierno es un enorme florero lleno de plantas más o menos feas que no valen ni para que se las coma una cabra. Dejemos de regarlas de una puta vez. ¡Salud y república! ¡Salud y democracia de verdad! ¡Salud y revolución!
Suena bien duro Cicatriz, Cuidado burócratas.
La ilustración se llama Revolución y es del mexicano José Guadalupe Ramos.
República o rebuzno. A la tercera, va la vencida…
Hola Opción B,
Me gusta mucho lo que escribes pero creo que en este caso no estoy de acuerdo con el fondo de lo que dices.
Es legítimo tener desconfianza con respecto a lo que ha hecho el Gobierno de Zapatero, sobre todo porque ninguna política económica consigue resultados de un día para otro (de la misma manera que también tardan en explotar las chapuzas). No obstante, si no me falla la cuenta, España es uno de los pocos países que ha puesto en marcha un esfuerzo fiscal como pedía el FMI y el propio Obama: equivalente al 2% del PIB. Eso es lo que ha hecho Obama también. Pero el presidente americano tiene una lista de deberes distinta a Zapatero. Para empezar tiene que dotar a los estados de financiación para que los pobres (muy muy pobres) tengan asistencia médica mínima, eso se llevó un pellizco bien grande del estímulo fiscal. Es algo que España no tiene que hacer porque el gasto social está cubierto y es universal (en EE UU 46 millones de ciudadanos, como mínimo, no tienen cobertura médica). Además, Obama, como le pasó a Bush, se ha tenido que poner el traje de bombero para apagar el fuego en la parte más fuerte del sistema bancario, cosa que no ha ocurrido en España. Aquí los problemas son más bien con las cajas de ahorros y algo de reorganización en el sector si que hay. Es incluso esperanzador que no haya tenido que hacerse a la vez como en EE UU.
el problema de España es bastante grande y de largo plazo pero no veo como se puede solucionar con políticas de corto plazo. Son cosas que necesitan un arreglo mayor y con vista al futuro. Se trata de mejorar la productividad, de depender menos de la construcción y de desatascar el problema secular del paro. España tiene que crecer por encima del 3,5% para crear empleo. EE UU con un 2% ya tira.
No hay respuestas fáciles para nada, esta crisis es muy gorda.
Hola Raquel, gracias por comentar (y por el piropo).
Igual me ha salido demasiado punkie pero es que de verdad tengo la sensación de que no se está haciendo gran cosa.
Como dices, el problema de España es gordo y requiere soluciones a largo plazo. Y eso es justo lo que no veo por ningún lado. Dar 400 euros con la Renta es una limosnilla que no ha tenido ninguna repercusión para el consumo.
Luego está el Plan E. Todo ese dineral para que los Ayuntamientos se lo gasten donde les de la gana… Uf. Los Ayuntamientos, por la forma que tienen de financiarse (o de no hacerlo) han sido en pearte responsables de la locura inmobiliaria y, por tanto, del lío en que estamos metidos. Así que no me parece lo más indicado darles dinero sin antes revisar su financiación y sin vigilar en que se lo gastan.
Ésa es otra. El Gobierno da dinero (a bancos, a Aytos…) sin pedir nada a cambio. Mal. La crisis es enorme, como dices. La crisis es una crisis estructural, que nos está llevando a replantearnos muchas cosas. Y, sin embargo, el Gobierno español, tan jipi en su forma, no está haciendo nada. Obama habla de green jobs, exige a las marcas de cohes meterse en lo eléctrico, hasta hace un amago de nacionalizar según que bancos… No sé, pero tengo la sensación de que él, como otros, está mirando más allá del corto plazo. Porque no se trata de arreglar algo en cinco minutos sino de preparanos para el futuro, que vienen curvas.
Y no veo ninguna señal de eso en Zapatero. Él sigue preocupado por ganar las próximas elecciones (las europeas). Desde luego, la crisis de Gobierno que ha hecho es todo un síntoma: no reduce ministerios, con lo que se hubiera ahorrado (aunque sea simbólico) y con lo poco que sirven algunos. Nombra a gente que ha demostrado ser de otro tiempo. Prefiere la imagen a la preparación. No sé, creo que está perdiendo una oportunidad única de demostrar que quiere cambiar el mundo. Y creo que debemos empezar a intervenir en la política porque ni él ni el otro nos representan como nos merecemos.
Perdón por el rollazo y, otra vez, gracias
«Y creo que debemos empezar a intervenir en la política»
No puedo estar más de acuerdo. Hace tiempo…
Lo malo es que muchos participan vía abstención y eso…. eso no es participar.
Participar es meterse en sindicatos, organizaciones de presión (como los grassroots americanos) buscar un camino dentro de los partidos…. y sobre todo tener un debate civilizado y ambicioso sobre las cosas.
Ahora que mi nuevo trabajo como «colista» del INEM me permite un poco más de tiempo para profundizar en los temas que de verdad interesan da gusto encontrar cabilaciones de este calado… ¿Sr. Zapatitos por favor, cuénteme qué va a hacer usted para evitar llegar a los 5 millones de parados? Yo todavía no soy uno más en la lista porque lo hemos maquillado como «baja incentivada», pero formado, con estudios, experiencia e idiomas como estoy esperemos que no sea para mucho…. ¡Salud y buenos alimentos amigo!
Mmm, Raquel, otra vez estoy de acuerdo a medias: la abstención es una forma de demostrar rechazo a un sistema que no es veraderamente representativo. Votar por la menos malas de las opciones no tiene que ser bueno. Otra cosa, y en eso sí estamos de acuerdo, es abstenerse y no moverse de ninguna otra forma.
Si nos nos convencen las opciones existentes, la forma en que se financian, las vías que tienen para llegar a candidatos, etc, debemos generar nuestras propias opciones.
Más que sindicatos y partidos, que me parecen organizaciones gastadas, me gusta eso de la presión, del movimiento asociativo. Llevo tiempo dándole vueltas a eso. Tenemos una tecnología que nos permite estar informados, pero también conectados unos con otros. Sabemos lo que no queremos y podemos llegar a ponernos de acuerdo en lo que nos conviene. Hace falta debate, como dices. Y ambición de cambiar las cosas. Tenemos, o podemos llegar a recuperar, el poder para hacerlo.
Hay que montar algo…
Hola Pedro:
Como ves te sigo leyendo.
Me da la impresión que somos muchos los que creemos que un cambio profundo y radical es necesario. Lo que también me temo es que la disparidad de criterios en la búsqueda de soluciones hace que el proceso sea lento y a veces desalentador. Demasiados intereses con intenciones no siempre beneficiosas para todos.
Detecto ganas de pasamontañas y de cóctel molotov.
Cuidado Pedro, cuidado burócratas.