El suplemento Natura de El Mundo dedicaba su portada el sábado pasado a la teoría del decrecimiento. La cosa plantea la cuestión de si es posible mantener eso que se conoce como desarrollo (o sea, el crecimiento económico, el del PIB) y al tiempo seguir teniendo lo que llamamos vida humana (al menos en su versión más decente). No se trata de una apología de la recesión ni de una lanza rota a destiempo por el Comunismo, sino que se refiere, y cito a Tana Oshima, autora del texto, «a una ausencia de crecimiento económico en favor de un aumento del bienestar, acompañado de una reducción demográfica. El lema es ‘vivir mejor con menos'». Obviamente, es una patada en la boca no sólo del Capitalismo, tal y como se entiende ahora, sino de eso tan gracioso del desarrollo sostenible. El reportaje recoge una especie de mandamientos del asunto establecidos por uno de sus grandes teóricos, el economista francés Serge Latouche. Éstas son sus 8 erres:
– Reevaluar: plantearse los valores vigentes en el modelo actual, como la competitividad.
– Recontextualizar: revisar el concepto de la realidad económica e incluirla en la biosfera.
– Reestructurar: modificar las estructuras y adaptarlas al nuevo modelo de decrecimiento.
– Relocalizar: favorecer la pequeña escala y lo local, tanto en producción como en consumo.
– Redistribuir: hacer más equitativo el acceso a los recursos naturales.
– Reducir: consumir menos y adaptarlo a la capacidad limitada del planeta.
– Reutilizar: aumentar el ciclo de vida útil de los productos, prescindir de la novedad constante.
– Reciclar: no sólo los residuos, sino también las actividades y las ideas».
El reportaje, que en vez de estar en el (pionero y buen) suplemento de ecología de El Mundo debería haber aparecido en sus páginas de economía, es la mar de interesante y se puede leer aquí y aquí. Los hay que pedirán soluciones y propuestas más concretas, pero recoge una muy clara por la que se puede ir empezando: «adoptar voluntariamente un estilo de vida más sencillo». Parece un reto jodido para una civilización (¿?) que ha llegado a un punto en el que términos como «renuncia», «contención», «moderación» o «austeridad» son equivalentes a «tontería». Y no. Tontería es lo que estamos haciendo con la Tierra, con los recursos y con nosotros mismos. Porque el problema va mucho más allá de la ecología. Es un asunto económico, social, político. De todos. Muchos ya lo sabemos. Ahora hay que ver si somos capaces de renunciar a nuestra tele de plasma, nuestro viaje a Perú y nuestro sashimi de atún.
Para el que le interese el asunto, aquí van unos links más:
Mis colegas saben que llevo años dando el coñazo diciendo que el error es pensar que hay que redistribuir la riqueza, cuando lo que hay que hacer es redistribuir la pobreza… aunque joda. Un niño alemán supone 30 veces más presión sobre los recursos no renovables del planeta que un niño africano, por ejemplo… Conclusión:
‘Por favor, no alimente a los alemanes’
Guten Tag!!!
/Users/revista/Desktop/13.jpg
file:///Users/revista/Desktop/13.jpg
Chinasky, no se ve esa imagen que linkeas….
Cagoendió. Ve a ésta, y en la lista de nombres de abajo pincha ‘Artemio’, una de las imágenes que pasan es la de los alemanes
http://www.theartpalace.com/tap/ind2.htm
Ahí sí… Hay que empezar a poner carteles por todas partes ahora que han entrado en recesión…
Creo que Tana Oshima, es «autora» y no «autor» como se dice en el texto
Gracias Víctor, es verdad.