
Más que guardar el Tesoro, el curro de este hombre es estar ahí para la foto. Aquí, en el único segundo de su jornada en que no tenía una turista colgada de su chepa.

Salem es beduino, fumeta y escalador. Lleva una tatuaje en la cabeza "para la suerte". Falta le hace. Se dedica a subir a pelo por los monumentos de Petra y a saltar por ellos desde lo alto. Tambiénn tiene un grupo de break dance con otros beduinos.

- Al caer la tarde, los turistas se van como vinieron: en manada. Entonces, los beduinos dejan de vender la burra, se relajan y se dedican a su vida. Contemplar las montañas en las que aún siguen habitando, sobre todo. Y fumar. Y tocar la flaúta. Este hombre, además de poner a bailar a los pájaros, nos invitó a humo.
El Tesoro, desde las nubes. Hay manera de evitar la masa en bermudas y chancletas, basta salirse del camino, explorar rutas entre las rocas, seguir ríos secos, subir piedras, dejarse los pulmones. Hay recompensa: esta vista del Tesoro desde 300 metros, como un halcón posado en la roca, como un beduino...
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