Ayer pasaron Café Tacvba por Madrid otra vez antes de irse de gira por Japón. Para muchos, ver a este grupo en un sitio canijo como Taboó es como asisitir a un concierto de, no sé, Beck en el salón de su casa. Para mí, también. Bueno, para mí es más. Los Tacubos serían, si no fuesen mexicanos ni insistiesen en cantar en español, uno de los grupos más importantes del rock de los 90 para acá. Ojo: no sólo lo digo yo, lo leí hace años en el Rolling Stone gringo. Pero eso no les quita valor. Todo lo contrario. Se lo da. Qué coño, son uno de los grupos más importantes del rock de los 90 para acá. Buenas letras en un idioma que se entiende, psicodelia, ska, punk, rock, pop, folklore de allí. Todo agitado y mezclado sin que suene a pastiche. Vamos, que soy fan. Como los cientos de chilangos, oaxaqueños, durangueños y demás güeyes que llenaban el local alucinados de estar y bailar tan cerca de su grupo preferido. Estuvieron casi tres horas sudando el estilismo sobre el escenario, tocaron clásicos como (hagan click, leidis and yentelmen) Chilanga Banda, La ingrata, Eres, Cero y uno, Puntos cardinales o No controles, aceptaron peticiones como hacía Vicente Fernández y hacen Los Tigres y ganaron finalmente el combate a los puntos a su propio público. Eso sí que es pinche entrega.
(Gracias a Tom por el cable. Dedicado a Juan, que se lo mereció… Sí, las fotos son mías, qué se le va a hacer).
[…] cantar (casi) con gorra de requeté, a Tony Allen tocar ante la indiferencia de los logroñeses y a Café Tacuba hacer otro concierto del año y conquistar a un público que no se suele quitar el muermo ni a base […]