… el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y ganan los españoles.
No soy feliz. Soy la felicidad. Sí, todavía me dura. Y más que me va a durar. De pequeño cometí la imprudencia de ligar mi fe futbolística a un equipo con poco futuro. El Athletic sólo me ha dado tres alegrías grandes y dos fueron el mismo año. Por ese lado, estoy acostumbrado a perder. Por el de la Selección, también. Han sido muchos campeonatos, todos, estrellándome contra la dura realidad. Por eso llegaba a esta Eurocopa con menos ilusión que a un bautizo. Y, mira, esta vez sí. Joder, me toca envainármela un poco. Joder, qué de putísima madre.
Esto no se trata de expresiones nacionalistas ni de utilización de las banderas ni de nada de eso que ya he leído por ahí. Esto no es política. Esto es sólo fútbol. Nada menos que fútbol. El fútbol es un idioma universal, una excusa para hablar con gente de todo el mundo, para jugar con tíos en Filipinas, Brasil o Uzbekistán. La política, por lo que se ha visto, sirve para separar. El fútbol sirve para unir. ¿Alguien cree que cuando Xavi ayer gritó «¡viva España!» estaba expresando su nacionalismo? ¿Alguno piensa que Puyol y Cesc estaban utilizando la bandera cuando la agarraban como uno más? ¿Hay quien ve otra cosa que alegría común en la celebración de los 23 y del resto que llenaban ayer las calles de Madrid?
Yo, no. Yo me abracé el domingo en casa con todos mis amigos, los del Madrí, los del Atleti y hasta un boliviano que pasó por allí. Yo salí a la calle para compartir mi felicidad con todo el que se cruzaba en mi camino. Yo cerré todos los bares de Madrid para brindar por una victoria que nos merecíamos tras todos estos años de derrotas. Porque de eso se trata. De celebrar, de compartir, de gritar. Y si alguien no lo entiende, pues peor para él.
Escribo esto tarde porque el domingo me agarré una de campeonato (de Europa). Ojalá dentro de dos años pueda tener una resaca tan dulce. Escribo esto para expresar mi agradecimiento a los 23 jugadores y a Luis Aragonés. Escribo esto porque no puedo dejar de escribirlo. Repito: no soy feliz. Soy la felicidad. Y, como yo, todos los demás. Cómo mola.
(La foto es de AP y la he pillado de Marca, qué pasa).
[…] dos años me agarré una cogorza de campeonato (de Europa) y, con una resaca comparable, deseé lo mismo para hoy. Se cumplió. Ahora tenemos una estrella en la camiseta y, modestia aparte, nos queda de puta […]