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Archive for 18 de junio de 2008

O eres de los Beatles o de los Stones. O te molan los Smiths o te ponen los Happy Modays. O te va Julio Iglesias o te tiras por Raphael. Pues con el rock industrial, lo mismo. O escuchas a Nine Inch Nails o te destrozas el sistema nervioso con Ministry. O aguantas las canciones barrocas y pretenciosas de ese tipo que presume de una triste adicción a la cocaína o se te pone dura con los trallazos directos a la entrepierna de un politoxicomano tragón y sin complejos. O eres fan del plasta de Trent Reznor o te cae bien el golfo de Al Jourgensen. Yo, por supuesto, me quedo con Al. Con Ministry. La opción b, siempre la opción b.

Como haya podido comprobar quien haya tenido narices de dar al Play y aguantar hasta el final, Ministry es un grupo furioso. Y curioso, también. Al contrario que el resto de sus congéneres musiqueros, Al Jourgensen empezó sacando un disco bien cursi y comercial (With Sympathy) para ganar dinero y gastárselo en montar un estudio en el que desayunar tripis en compañía de su nuevo amigo, Paul Barker, y dedicarse al terrorismo sonoro. En ese camino inverso, de adosado en el cielo al barrio más chungo del infierno, Al y Paul se han marcado algunos discos que explican por sí solos el reverso tenebroso de los 90 (The Land of Rape and Honey, The Mind Is a Terrible Thing to Taste, Psalm 69). El estilo, para quien no haya tenido agallas de darle al Play, es fácil de explicar pero difícil de comprender: una base rítmica tocada por una taladradora, riffs de guitarra robados de Killing Joke e interpretados con sobredosis de speed, un aullido enfermo al micrófono y unas letras de me-cago-en-la-puta-y-vomito-sobre-el-sistema pero con grandes dosis de sentido del humor y coñas de drogota jodido pero contento. Cito:

Pronto descubrí que esta cosa del rock era verdadera/Jerry Lee Lewis era el diablo/Jesús fue un arquitecto antes de su carrera como profeta/de repente, me encontré a mí mismo enamorado del Mundo/así que sólo había una cosa que pudiera hacer/y era ding a ding dang mi dang a long ling long» (Jesus Built My Hot Rod, Psalm 69).

Bastante incomprensible pero mucho más gracioso que eso de «quiero follarte como un animal», que es el novamás de la literatura Trentreznoriana.

En fin, que he escrito estas líneas por dos motivos. Porque el otro día encontré un vídeo en el que Al hablaba de Trent Reznor.

Dice algo así como que un amigo suyo dijo al salir de casa de Trent que era el tipo más miserable y depresivo que había conocido. Paul interviene para apuntar que eso es sorprendente, que ellos eran bastante miserables por aquella época. Pero lo bueno es el cierre. Al: «Me encantaría ver a Trent y Morrissey jugando a la ruleta rusa, a ver quién dispara primero…». Y el entrevistador apostilla: «Sería una competición de ganador contra ganador».

El otro motivo de esta historieta es que este jueves, en la sala Heineken, Al Jourgensen trae su ministerio a Madrid. Ya no es lo que era, ya no está Paul Barker y lo que suena es metal pesado, pero yo voy. Nos ha jodido mayo.

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