– Papá, papá, ¡llévame al circo!
– No, hijo. Si quieren verte, que vengan a casa…
Esta foto la he pillado del New York Times de hoy. Un medio serio. De ésos que critican desde sus altas estaturas morales la información y el tratamiento de otros menos serios. De los que despreciaron en su día la idea del formato «Gran hermano» sin asumir que todos participamos, de uno u otro lado, en el concurso y que ellos son los emisores. Sin reconocer que, a estas alturas, la sociedad de la información es un zoo en el que nos asomamos (o nos asoman) a las jaulas de los personajes para ver con quién follan, cuántas rayas se meten y de qué humor están cuando bajan de un avión. La única diferencia es que, en este zoo, los animalitos pueden sacar rentabilidad de sus monerías.
La verdad es que me la sopla que el NYT se dedique a publicar el trabajo de foteros y plumillas que se meten bajo las alfombras de la gente. Si me pilla en el día superficial, me puedo reír con la imagen y pensar un montón de juegos de palabras drogotas relacionados con aspiradoras. O recordar esa historieta de los Freak Brothers de Gilbert Shelton en la que se dan cuenta de que tienen vacía la despensa de drogas y se les ocurre pasar el aspirador por la casa y, luego, esnifarse el contenido. Si me pilla en el día radical, reniego de la profesión y tal. Y si me pilla en el día tonto, le dedico una pajilla mental como ésta.
También soy consciente de que, si a mi me la sopla lo que haga el NYT, al NYT se la sopla mucho más lo que diga yo aquí. Y sé, desde hace mucho tiempo, que los medios no existen para contar la verdad, ni siquiera para dar información. Los medios existen para vender periódicos, acumular visitas, pillar audiencia, captar publicidad y, en resumen, llenar los bolsillos de sus dueños. Eso sí, quizás esperaba más ingenio que el que demuestra la tal Elizabeth Spiridakis que firma la columna donde aparece la foto: «¿Qué hay en la colmena? ¿De dónde la saca? ¿Hay un agujero? ¿Es realmente calva?». En fin…
Lo que de verdad me jode es que el NYT y el resto de los medios se hayan apropiado de uno de mis chistes preferidos. Y, aún peor, que se lo hayan tomado en serio.
(La foto la firma Bauer-Griffin. Ése es el tipo, o los tipos, cuyo curro consiste en esperar a la puerta de casa de esta moza a ver si pasa el aspirador o lo tira porque está roto, que parece que es la auténtica noticia… Con perdón).
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