Cuando ves una corrida por la tele, te enteras, gracias a los comentaristas, de que el torero nunca tiene la culpa. Él pone todo de su parte pero no le sale nada porque el toro no da juego. La culpa es, pues, del toro. Curiosamente, nunca escucharás a esos mismos comentaristas echarle la culpa del juego del toro al ganadero. El ganadero no es responsable de que el toro, todos sus toros, sean mansos, se caigan y tal. Es la Naturaleza, que es así de caprichosa. Es la Naturaleza, que le tiene manía al hombre. Es la Naturaleza, que, como venganza, provoca terremotos en China y aquí en España toros que son un coñazo. No lo digo yo, lo he oído en la tele.
Enrique Ponce diciéndole a Dios eso de «a la salida te espero» por haber echado al ruedo esos toros tan rollo de Alcurrucén.
(Foto del increíble Manon, of course)